miércoles, 17 de octubre de 2018

Unos zapatos de ante azul y un accidente

Carl Perkins en 1955
Siendo extremadamente conciso se puede resumir así la vida de Carl Perkins, uno de los pioneros del rock and roll y leyenda maldita de la música popular. Unos zapatos de ante azul fueron los que inspiraron a este genio para componer su canción más célebre, Blue suede shoes, y un accidente lo relegaba a un segundo plano poco después de conseguir notoriedad con dicho tema. En un corto período de tiempo había pasado de estar en lo más alto a ver esfumado su sueño.

Carl Perkins (Tennessee, 1932-1998) creció en el seno de una familia muy humilde. Trabajó desde bien pequeño en el campo recogiendo algodón para ayudar al sostenimiento de la economía de los suyos. Después de una cosecha terminaría de pagar los 150 dólares que le había costado su primera guitarra y, un año después, se hizo con un amplificador. Comenzaba a dar sus primeros pasos en la música junto a sus hermanos, Clayton y Jay, formando la Perkins Brothers Band y actuando por los bares de la zona.

Estudios de Sun Records
A mediados de los 50, fascinado con los singles de Elvis Presley para Sun Records, se pone en contacto por teléfono con Sam Phillips, el dueño de la compañía, y le envía sus maquetas. En un principio no le hace mucho caso pero después de acudir a los estudios en Memphis, consigue convencer a Phillips para que lo fiche. Grabaría temas country, ya que la intención del productor no era tener a dos artistas en el sello haciendo canciones del mismo género. De esta forma, empiezan a ser editados sus primeros sencillos en la discográfica más importante del momento. 

Sin embargo, a finales del año 1955 la historia daría un vuelco importante para Perkins en particular y para la música en general. En noviembre, RCA se hace con el contrato de Elvis tras desembolsar la nada despreciable cantidad de 35.000 dólaresPerkins se encontraba ante la gran oportunidad de cambiar sus canciones country por las de rockabilly, erigirse en el icono de Sun Records y, de alguna manera, en el sucesor de Elvis. En diciembre grabó uno de los primeros hits de lo que luego se conocería como rock and roll, Blue suede shoes, publicado a principios de 1956. La canción alcanza el millón de ventas, convirtiéndose en el primer gran éxito de la discográfica, incluyendo frases que reflejaban la rebeldía de la juventud de aquellos años: “puedes hacer lo que quieras pero no pises mis zapatos de ante azul”.


Parecía que todo estaba saliendo a la perfección y que Perkins sería el nuevo mito del rockabilly. Pero todo se truncó la noche del 21 de marzo de 1956. Nuestro protagonista se trasladaba a Nueva York para participar en el programa más visto de la televisión americana de entonces, Ed Sullivan Show, auténtico trampolín para artistas. Iba en un coche con sus hermanos. Cuando cruzaban Wilmington, en el estado de Delaware, el vehículo se estrelló. Un accidente que casi acaba con su vida y deja muy tocada su carrera musical. El manager falleció, su hermano resultó herido de gravedad y él tuvo diversas fracturas que lo mantuvieron convaleciente unos meses, hasta después del verano, cuando volvió a la actividad.

Aunque ya habían cambiado muchas cosas. Elvis se estaba convirtiendo en el fenómeno de masas y ventas que conocemos, es el número uno y es encumbrado a la cima del éxito. Para colmo, en septiembre de 1956 sale como sencillo su versión de Blue suede shoes para RCA (aunque ya había sido publicado en marzo de 1956 dentro de su primer álbum) eclipsando, con su estilo inconfundible, la canción original. Así que Perkins, casado, con hijos y menos agraciado físicamente que Presley, perdió de repente el tren de la fama.


Jay, el primogénito de la familia, fallecería dos años más tarde como consecuencia de las heridas que le produjo el accidente. Perkins, hundido por la muerte de su hermano y las secuelas físicas que le habían dejado el accidente, empezó a abusar de la bebida y dejó la música a principios de los 60.

Reapareció en el Reino Unido a mediados de la década, donde su llama nunca se apagó, ya que era muy admirado por The Beatles que grabaron varios de sus temas como Matchbox o Honey don’t. Pero la fatalidad se alió nuevamente con él y unos meses más tarde se pega accidentalmente un tiro en el pie durante una cacería y tiene que volver a retirarse.

Después iría reapareciendo intermitentemente. Estuvo de gira acompañando como guitarrista a su amigo Johnny Cash y participó en algún que otro proyecto más, pero no volvería a alcanzar la misma repercusión. En 1982 también colaboró con Paul McCartney en Get it, canción de su disco Tug of war.

Perkins falleció de cáncer de garganta a los 65 años en 1998. Un héroe que, tristemente, será siempre recordado por ser el creador de una de las mejores canciones de Elvis.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 18 de abril de 2013.

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