miércoles, 17 de octubre de 2018

Gaitas psicodélicas


Los Archiduques fue la banda más importante de Asturias en los años 60 y 70. Un sexteto mod y pop con aires psicodélicos que destacaron por emplear instrumentos de viento y por ser los pioneros en fusionar el folklore de su tierra con el rock. Sin embargo, serán conocidos casi exclusivamente por haber tenido durante algunos años en sus filas como vocalista a José Celestino Casal, más conocido como Tino Casal, ‘el rey del glam’ español.

Formados en 1963 en el municipio de Grado, empezaron tocando en las fiestas de la Universidad de Oviedo consiguiendo gran repercusión, lo que les lleva a actuar por la mayoría de salas del Principado hasta que llaman la atención de una casa discográfica importante y dan el salto a la capital. Dicho sello, Columbia, les edita en 1965 un primer EP de cuatro canciones, toda una proeza para un grupo local en aquella época. El disco contiene tres baladas y un instrumental en el que ya incluían ecos de la tradición musical autóctona. No obstante, el resultado nada tenía que ver con el estilo que desarrollarían posteriormente, más cercano a una orquesta que de los sonidos más en boga de la época, algo que les restaba posibilidades de dar el salto a nivel nacional. Un segundo EP de corte soul-pop fue el bagaje del grupo hasta que el azar quiso que Casal se incorporara a la banda.

En 1968, Los Archiduques viajan a Madrid para grabar su tercer sencillo. El cantante por entonces se encontraba enfermo y se ven obligados a buscar un sustituto. Así que llaman a un joven de 17 años de Tudela Veguín que cantaba en un grupo llamado Los Zafiros Negros. La prueba resulta un éxito, pues todos quedan bastante satisfechos de la voz y la actitud como ‘frontman’ de Tino, que inmediatamente se incorpora a la formación.

Ya en Madrid, el batería Pedro Bastarrica, el guitarra solista Tony Fernández, Claudio Menéndez a la rítmica, el bajista Tito Rey, Armando Pelayo a los teclados y el joven Tino como vocalista, graban el single No le ames/Lamento de gaitas. La cara A resulta un bonito tema donde destaca el falsete de Casal en el estribillo mientras que la cara B se convertiría en la canción más famosa del grupo: Lamento de gaitas, versión del I love how you love me de los hermanos Paul y Barry Ryan, en el que sobre el tono pausado del tema sobresale una fuerte distorsión guitarrera y donde, de forma innovadora en el rock, se introduce la gaita.


Respecto a la grabación y ese sonido saturado explicaría después Tino: “Cuando entramos a grabar Lamento de gaitas, nosotros llevábamos un pedal distorsionador de guitarra. Al enchufarlo, sonaba un ruido que se metía por todos los canales de la mesa. Los técnicos del estudio estuvieron toda una mañana intentando descubrir de dónde salía el ruido de la guitarra. Al final se grabó con ruido y todo. No era más que el sonido de la guitarra que salía del pedal, que era una distorsión primitiva y supersaturada”.

El single tiene escaso éxito pero se escuchó lo suficiente como para empezar a tener reconocimiento fuera de Asturias y ofrecer conciertos por la capital del país. Actuaciones en las que Los Archiduques ya interpretaban una versión de Eloise, canción de Barry Ryan que en los 80 también adaptaría Casal como solista, convirtiéndose en uno de los temas más celebrados de su repertorio. Su siguiente single, Dimensión en sol mayor, estaba marcado por la psicodelia desde la propia portada. Su cara B, Quiero volar muy alto, incorporaba una interesante sección de metales y arreglos de influencia oriental.

Tino dejó el grupo a principios de los 70, iniciando su carrera musical en solitario. Primero como cantante melódico (su discográfica Phillips quería hacer de él el nuevo Nino Bravo) y posteriormente cosechando gran éxito comercial con el techno pop, precedido de un periplo en Londres donde se empapó de la cultura new wave y glam-rock de iconos como David Bowie, Marc Bolan o Bryan Ferry, además de cultivar su pasión por la pintura. Una carrera que terminó, triste y prematuramente, en un trágico accidente de tráfico en 1991.

Con su marcha, Los Archiduques perdieron la chispa y se disolvieron poco después. Antes, grabarían el single La princesa y el juglar/Linda de 1970, que sería el epílogo de la formación. Los Archiduques tuvieron repercusión principalmente en Asturias, pero al alcanzar la fama Tino, se recuperó su legado y se convirtieron en una banda de culto. En 1982, los miembros originales se reunieron para regrabar su mayor éxito Lamento de gaitas y una canción inédita María Luisa. Pero no tuvo una distribución masiva ni se juntaron para actuar en directo, así que ahí terminó la historia del grupo y comenzó su leyenda.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 2 de mayo de 2013.

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