Los
Archiduques fue la banda
más importante de Asturias en los años 60 y 70. Un sexteto mod y
pop con aires psicodélicos que destacaron por emplear instrumentos
de viento y por ser los pioneros en fusionar el folklore de su tierra
con el rock. Sin embargo, serán conocidos casi exclusivamente por
haber tenido durante algunos años en sus filas como vocalista a José
Celestino Casal, más conocido como Tino
Casal, ‘el rey del glam’
español.
Formados
en 1963 en el municipio de Grado,
empezaron tocando en las fiestas de la Universidad de Oviedo
consiguiendo gran repercusión, lo que les lleva a actuar por la
mayoría de salas del Principado hasta que llaman la atención de una
casa discográfica importante y dan el salto a la capital. Dicho
sello, Columbia,
les edita en 1965 un primer EP de cuatro canciones, toda una proeza
para un grupo local en aquella época. El disco contiene tres baladas
y un instrumental en el que ya incluían ecos de la tradición
musical autóctona. No obstante, el resultado nada tenía que ver con
el estilo que desarrollarían posteriormente, más cercano a una
orquesta que de los sonidos más en boga de la época, algo que les
restaba posibilidades de dar el salto a nivel nacional. Un segundo EP
de corte soul-pop fue el bagaje del grupo hasta que el azar quiso que
Casal se incorporara a la banda.
En
1968, Los Archiduques viajan a Madrid para grabar su tercer sencillo.
El cantante
por entonces se encontraba enfermo
y se ven obligados a buscar un sustituto.
Así que llaman a un joven de 17 años de Tudela Veguín que cantaba
en un grupo llamado Los
Zafiros Negros. La prueba
resulta un éxito, pues todos quedan bastante satisfechos de la voz y
la actitud como ‘frontman’ de Tino, que inmediatamente se
incorpora a la formación.
Ya
en Madrid, el batería Pedro Bastarrica, el guitarra solista Tony
Fernández, Claudio Menéndez a la rítmica, el bajista Tito Rey,
Armando Pelayo a los teclados y el joven Tino como vocalista, graban
el single No le ames/Lamento
de gaitas. La cara A
resulta un bonito tema donde destaca el falsete de Casal en el
estribillo mientras que la cara B se convertiría en la canción
más famosa del grupo:
Lamento de gaitas,
versión del I love how you love me de los hermanos
Paul y Barry Ryan,
en el que sobre el tono pausado del tema sobresale una fuerte
distorsión guitarrera y donde, de forma innovadora en el rock, se
introduce la gaita.
Respecto
a la grabación y ese sonido saturado explicaría después Tino:
“Cuando entramos a grabar Lamento
de gaitas, nosotros
llevábamos un pedal distorsionador de guitarra. Al enchufarlo,
sonaba un ruido que se metía por todos los canales de la mesa. Los
técnicos del estudio estuvieron toda una mañana intentando
descubrir de dónde salía el ruido de la guitarra. Al final se grabó
con ruido y todo. No era más que el sonido de la guitarra que salía
del pedal, que era una distorsión primitiva y supersaturada”.
El
single tiene escaso éxito pero se escuchó lo suficiente como para
empezar a tener reconocimiento
fuera de Asturias y ofrecer
conciertos por la capital del país. Actuaciones en las que Los
Archiduques ya interpretaban una versión de Eloise,
canción de Barry Ryan que en los 80 también adaptaría Casal como
solista, convirtiéndose en uno de los temas más celebrados de su
repertorio. Su
siguiente single, Dimensión
en sol mayor, estaba
marcado por la psicodelia
desde la propia portada. Su cara B, Quiero
volar muy alto, incorporaba
una interesante sección de metales y arreglos de influencia
oriental.
Tino
dejó el grupo a principios de los 70, iniciando su carrera
musical en solitario.
Primero como cantante melódico (su discográfica Phillips quería
hacer de él el nuevo Nino Bravo) y posteriormente cosechando gran
éxito comercial con el techno pop, precedido de un periplo en
Londres
donde se empapó de la cultura new wave y glam-rock
de iconos como David Bowie, Marc Bolan o Bryan Ferry, además de
cultivar su pasión por la pintura. Una carrera que terminó, triste y prematuramente, en un trágico
accidente de tráfico en 1991.
Con
su marcha, Los Archiduques perdieron la chispa y se disolvieron poco
después. Antes, grabarían el single La
princesa y el juglar/Linda
de 1970, que sería el epílogo de la formación. Los
Archiduques tuvieron repercusión principalmente en Asturias, pero al
alcanzar la fama Tino, se recuperó su legado y se convirtieron en
una banda de culto.
En 1982, los miembros originales se reunieron para regrabar su mayor
éxito Lamento de gaitas
y una canción inédita María
Luisa. Pero no tuvo una
distribución masiva ni se juntaron para actuar en directo, así que
ahí terminó la historia del grupo y comenzó su leyenda.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 2 de mayo de 2013.
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