miércoles, 10 de octubre de 2018

Country entre rejas

Johnny Cash en 1969. Foto: Joel Baldwin
Estamos inmersos en el año del décimo aniversario de la muerte de Johnny Cash, uno de los iconos de la música country e influencia importante para otros estilos de la música popular como el rock ‘n’ roll o el folk. Así que, lo más probable, es que durante estos meses nos encontremos con la edición de recopilatorios, discos tributo, reediciones y alguna que otra sorpresa más. Por el momento, hace unas semanas supimos que en Estados Unidos, el U. S. Postal Service, dentro de su serie Music Icons, iba a sacar al mercado un sello con la figura de Cash. La fotografía, tomada por Frank Bez en 1963, imita la portada de un single y aunque aún no tiene fecha de lanzamiento ya circula por la red.

Pero hasta que lleguen nuevas noticias, vamos a retomar otros aspectos de la vida y obra de John Ray Cash (Kingsland, Arkansas 1932-Nashville 2003), conocido también como El Hombre de Negro por la vestimenta oscura que solía utilizar. Sobre todo su doble relación con la cárcel. Una más oscura, la que le llevó a estar a punto de visitarla por su detención por contrabando de anfetaminas, a la que fue adicto durante algunos años, y otra, digamos más amable, cuando por agradecimiento al trato recibido por sus compañeros de arresto, comenzó a dar una serie de conciertos por prisiones californianas, que a la postre, se verían después publicados como dos exitosos discos en directo: At Folsom Prison (Columbia, 1968) y At San Quentin (Columbia, 1969).

1968 es un año clave en la vida de Cash. Se casa con su segunda esposa, la cantante, compositora y actriz June Carter, hija de una de las familias más importantes del country, que le ayuda a salir de su adicción a las anfetaminas y a recuperar una carrera musical algo debilitada.

Folsom State Prison
En enero de ese año, ante dos mil presos y un nutrido grupo de armados guardias de seguridad, graba una actuación en la prisión Folsom de California. Un concierto lleno de tensión, que se convierte en un hito de la historia de la música. Allí Cash interpreta con maestría su repertorio y hace algunos guiños humorísticos que generan el júbilo del auditorio. Canta Folsom Prison blues, single de éxito en 1955, un himno a los convictos que incluye la célebre frase “disparé a un hombre en Reno para verle morir”. Otro de los momentos álgidos se produce cuando grita en tono desafiante “me reí en la cara [del Sheriff] y le escupí en el ojo” mientras canta 25 Minutes to Go, con la que el respetable se viene arriba. El sello Columbia editaría el LP de esta grabación, At Folsom Prison, con el que Cash recuperaba el crédito tras algunos años problemáticos.

Tras este éxito, en febrero de 1969, acompañado por un equipo de grabación de su discográfica y otro de la televisión británica, vuelve a protagonizar un directo en otra cárcel del estado, esta vez en San Quentin. Era su cuarta visita a esta prisión, en la que ya había actuado el día de año nuevo de 1960, cuando estaba preso el cantante y guitarrista de country Merle Haggard, espectador de excepción en la primera fila.

El espectáculo incluía temas sobre la muerte, la cárcel y el asesinato, pero el concierto no llegó a alcanzar la tensión vivida en Folsom. En su famosa canción San Quentin, Cash critica a las prisiones en general y a ésta en particular. Cuando la interpreta, casi provoca una rebelión. Tal reacción le impresionó tanto que la volvió a cantar. Décadas más tarde diría sobre el concierto: “Tenía un público al que lo único que tenía que decir era ¡adelante!, y ellos me seguían”.

Una de las piezas incluidas en el disco, A boy named Sue, se convirtió en el single de mayor éxito de su carrera, alcanzando el segundo puesto en las listas norteamericanas. El álbum, Johnny Cash at San Quentin, también llegaría al número uno.


Artista polifacético

Además de su carrera como solista, Cash publicó discos con el supergrupo The Highwaymen, formado por otras grandes leyendas del country como Waylon Jennings, Willie Nelson y Kris Kristofferson. También se dedicó a la televisión, con un programa emitido desde finales de los 60 en prime time The Johnny Cash Show, y fue atraído por el cine.

Con June Carter. Foto: Joel Baldwin
En 1971 compartió protagonismo con Kirk Douglas en el western dirigido por Lamont Johnson, El gran duelo, y en 1973, escribe el guión y produce, junto a su mujer June Carter, una película sobre la vida de Jesucristo narrada por él mismo, The gospel road: A story of Jesus. Dirigida por Robert Elfstrom, quien también hacía el papel principal, era June la actriz que encarnaba a María Magdalena.

En los años 80, escribió una novela basada en la historia del apóstol San Pablo, Man in white.

El Hombre de Negro falleció el 12 de septiembre de 2003, a los 71 años, debido a un fallo respiratorio, mientras estaba hospitalizado en Nashville, Tennessee, dejando un impresionante legado musical de referencia para muchos artistas.

Nos despedimos con otro gran éxito de nuestro protagonista hasta la próxima semana, cuando volvamos con más música e historias.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 7 de marzo de 2013.

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