Vamos
con una de listas…
¿Subjetividad? sí; pero todos estos álbumes tienen algo en común:
osadía, en algunos casos rechazo, incomprensión en un principio y
reivindicación posterior. Los puristas fueron muy críticos con
estas propuestas revolucionarias para un estilo, y casi una forma de
vida, tan tradicional. Sin embargo, estos artistas se empeñaron en
experimentar a la vez que acercaban a un público mayoritario dicho
arte. No sin dificultades en sus comienzos, consiguieron hacer ver
que podía existir modernidad y evolución, que había posibilidades
de fusionar estos sonidos con géneros más contemporáneos y que una
guitarra española podía congeniar perfectamente en armonía con
otros instrumentos muy alejados del flamenco más ortodoxo.
Como
es lógico, a cada cual le podrá parecer que falta o sobra alguno,
pero se trata de ofrecer una muestra de grabaciones arriesgadas,
esenciales y claves,
que marcaron un hito en la historia de la música popular española
logrando abrir nuevos
horizontes sonoros. Para
algunos una herejía, para otros, simplemente genialidad.
A
continuación, algunos datos de cada álbum. En los títulos de los
discos tenéis un enlace donde, si pincháis, podéis escuchar una
canción representativa de dicho trabajo.
Provocador
desde la misma portada del álbum. En ella aparecía una tableta de
hachís sobre un papel de aluminio y el nombre del grupo marcado a
fuego. La foto tuvo que ser ampliada para evitar problemas legales
por apología al consumo así que posteriormente desapareció el
envoltorio plateado y la imagen se mostraba más difuminada.
El
grupo formado por Kiko Veneno, Raimundo y Rafael Amador, facturan
esta espléndida mezcla de rock con guitarras flamencas salpicado de
mucho humor, en el que incluso utilizan un pito de carnaval para
alguna de las composiciones. El LP fue un fracaso comercial que ha
ido sumando ventas con las reediciones hasta convertirse en disco de
culto.
En
este disco encontraremos dos polos opuestos. En la cara B, el purismo
más estricto a
cargo del cantaor Agujetas junto al guitarrista
Manolo Sanlúcar. Y en la cara A, la experimentación; una
recopilación de grabaciones del grupo de rock underground sevillano
Smash, recuperadas para la ocasión.
Gualberto,
Julio Matito, Antonio S. Rodríguez y Henrik Michael ya habían
publicado varios álbumes pero con poca repercusión. Fue con la
entrada de Manuel Molina cuando la formación viró hacia otros
sonidos. El éxito les llega con un single que contenía la
adaptación del popular El garrotín, aunque poco
después la banda ya se estaba desintegrando. Flamenco, rock
progresivo y blues e instrumentos como el sitar, la flauta y el
violín aparecen en estas canciones.
Ricardo
Pachón, productor y artífice de muchos de los discos más
iconoclastas del género, convence a José Monge Cruz para grabar
este disco junto a grandes músicos como Kiko Veneno, Gualberto,
Tomatito o Raimundo Amador, entre otros.
El
LP fue toda una bomba. Camarón de la Isla, aunque con sus
particularidades, ya gozaba de una reputación dentro del flamenco y
el sector más conservador no le perdonó este cambio de rumbo en su
carrera, llegando a considerarlo una traición.
El
trabajo tuvo escaso éxito de ventas. Su arriesgada propuesta, con
inclusión de instrumentos como la guitarra eléctrica, la batería,
el bajo y los teclados, no tendría inmediato reconocimiento. Incluso
Camarón le pidió a Pachón que el siguiente disco no fuese tan
innovador.
La
discográfica de Mario Pacheco, Nuevos Medios, realizó a principios
de los 80 una
importante labor de difusión con los grupos emergentes
del país. Entre ellos, estaban los conocidos como nuevos flamencos
(que no flamenquito), formaciones como Ketama, con raíces muy
definidas pero, a la vez, amantes de otros estilos.
Este
proyecto nació en un festival de música en Londres y fue gestado en
Madrid junto al contrabajista Danny Thompson (ex miembro del grupo
folk Pentangle) y el músico de Mali Toumani Diabaté, intérprete de
kora.
Premiado
por la revista New Musical
Express como mejor disco
internacional del año, incluía la canción Vente
pa’ Madrid, que tuvo gran
éxito de ventas, pero sin embargo, era la más alejada del concepto
del álbum, la fusión musical con África.
Enrique
Morente estaba en conversaciones con Leonard Cohen para adaptar
algunas composiciones suyas al flamenco. Los componentes de Lagartija
Nick tenían en mente grabar un disco con poemas de Federico García
Lorca.
Pues
qué mejor manera que aunar esfuerzos e incluir todos esos conceptos
en una grabación. Y este es el resultado. El sentimiento de la voz
de Enrique, las letras de Cohen, los poemas de Lorca y el noise rock de los granadinos Lagartija Nick. Duende, pasión, dolor, ruido.
No
es fácil destacar un solo corte del disco, pero son magníficas las
adaptaciones de First we
take Manhattan (Manhattan)
y Take this waltz
(Pequeño vals vienés)
donde confluyen todos los protagonistas del álbum.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 30 de mayo de 2013.
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