Es
curioso el caso de este tipo, de nombre real Jalacy
Hawkins, vocalista
afroamericano de blues y rock ‘n’ roll, de especial relevancia en
los años 50 y 60. Un gran talento musical que sin embargo será
siempre recordado por ser un one-hit wonder, artista conocido
por un solo éxito, I put
a spell on you, y por
sus estrafalarios atuendos y puestas en escena con tintes macabros.
Nacido
el 18 de julio de 1929 en Cleveland, Ohio, se crió en un orfanato
hasta que fue adoptado a los 18 meses. Con 6 años ya tocaba el
piano,
pero su mayor ilusión era ser cantante de ópera.
Finalmente se decantaría por otros sonidos más en boga como el rhythm and blues, pues pensaba que lo lírico pocos réditos le
iba a reportar. Sin haber cumplido aún los 15, dejó sus estudios en
el conservatorio para alistarse en el ejército de los Estados
Unidos, al que accedió falsificando sus datos ya que no tenía la
edad reglamentaria para el ingreso. Como militar tocaba el saxofón
para entretener a la tropa y luchó en la II Guerra Mundial y en
Corea, entre otras contiendas. Antes de dedicarse a la música
también fue boxeador
amateur, disciplina en la que destacó, a finales de los 40, ganando
un campeonato de peso medio en Alaska.
Reconocido
como el creador del shock
rock, amplio concepto
que define la combinación de este género con una actitud teatral en
el escenario, ha influido con sus indumentarias y escenografías en
artistas como Alice Cooper
o Kiss.
Debutó en 1952 tocando el piano para orquestas como la de Tiny
Grimes o la de Fats
Domino, de la que fue
despedido por salir a escena con un traje de leopardo y un turbante.
Y
es que ésa fue una de las señas de identidad de su carrera desde
que comenzó como solista a mediados de los 50. De impresionante voz,
era un artista extravagante que lucía en sus espectáculos
vestimentas muy atrevidas y provocadoras para la época. Aparecía en
sus shows ataviado con curiosos sombreros, capa negra, pieles y
huesos de animales, serpientes y tarántulas de plástico, y con su
inseparable cráneo en un mástil al que llamaba Henry. Iniciaba sus
conciertos saliendo de un ataúd y sobre el escenario se sucedían
los efectos pirotécnicos y de humo mientras interpretaba su
repertorio con movimientos espasmódicos y miradas desafiantes. Sin
embargo, su sentido del humor hacía que toda esta parafernalia
también sirviera como una especie de parodia de sí mismo.
Como
decíamos, su tema que más repercusión tuvo fue I
put a spell on you,
publicado en la etiqueta subsidiaria de Columbia, Okeh
Records, en 1956. Una
canción versionada en multitud de ocasiones, destacando las de Nina Simone, la que el propio Hawkins realizó con el guitarrista de los
Stones, Keith Richards, o la magnífica adaptación que hicieron
Creedence Clearwater Revival.
En
un principio iba a ser una balada de blues, una declaración de amor
compuesta para que su ex novia volviese con él. Pero al productor de
la compañía, Arnold Maxin,
no le gustó el resultado. Él quería un tema más contundente, más
salvaje y directo. Le propone regrabarla pero Hawkins se niega a
cambiarla. Sin embargo, Maxin prepara una nueva grabación y, para
llevarla a cabo, organiza una barbacoa en la que el alcohol es el
protagonista entre la abundante comida. Tras el atracón, terminan de
registrarla, pero cuando Screamin’ la escucha no se reconoce; no
creía que fuese capaz de emitir esos gritos tan desgarradores.
Tuvieron que enseñarle las fotografías del estudio para
convencerle. El cantante se fue a casa y puso el single en el
tocadiscos varias veces, pero era incapaz de interpretarla igual.
Para conseguir imitar ese sonido tan particular que salía del vinilo
necesitaría inspirarse con unas cuantas copas de whisky.
I
put a spell on you estuvo
prohibida en las emisoras de radio de Estados Unidos. Argumentaban
que su temática e interpretación aludían al canibalismo y a ritos
de vudú. Finalmente se emitió tras recortar las partes que
consideraban ofensivas. Screamin’
Jay Hawkins había
conseguido imprimir a la balada un intenso ritmo rockero; un tema en
el que ansía la posesión de la chica y recurre a un hechizo para
seducirla.
Otras
canciones como Constipation
blues (que llegó a
interpretar en directo en la televisión francesa con Serge
Gainsbourg en 1983), Frenzy
o Little demon no tendrían tanta notoriedad, pero a finales de los 60 fichó por
Phillips Records,
quienes le editaron un LP al que hicieron una importante promoción
que, sin embargo, no le sirvió para entrar en las listas de éxitos.
Su legado ha seguido presente durante muchos años; por ejemplo, en
1981 teloneó a The Rolling
Stones en un concierto en
el Madison Square Garden
y en 1985 giró por Australia con Nick
Cave.
Después
de alejarse de la primera línea del panorama musical, desarrolló su
faceta de actor
en películas como Mistery
train (1989) del director
Jim Jarmusch,
paisano suyo, que utilizó I
put a spell on you para la
banda sonora de Stranger
than paradise (Extraños
en el paraíso) de 1984. En
nuestro país colaboró con Álex
de la Iglesia en Perdita
Durango, en 1997. Ya en los
años 90 se instala en Francia, donde fallece en febrero del 2000 por complicaciones tras una operación de urgencia para tratarle un
aneurisma.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 18 de julio de 2013.
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