lunes, 22 de octubre de 2018

El videoclip como estrategia de promoción


En muchos aspectos de su carrera, Michael Jackson fue un visionario. También era un trabajador incansable y muy meticuloso con sus proyectos. Si tenía una idea, por muy descabellada que fuese, creía ciegamente en poder llevarla a cabo y, uniendo esfuerzo, talento y, otras veces, mucho dinero, conseguía lo que se proponía.

Una de sus apuestas fue la de presentar la música de la forma más visual posible. Para ello tenía en mente realizar, más que simples vídeos, cortometrajes musicales de sus singles en los que contaría con los mejores profesionales de cada disciplina: dirección, fotografía, iluminación, etc. Su perfeccionismo y clarividencia en este sentido -por el gran éxito que supuso- le convertían en uno de los pioneros en utilizar el videoclip como una herramienta más en la promoción discográfica. Una faceta en la que tuvo bastante importancia la labor de su representante y gran conocedor de la industria musical, Frank Dileo.

Hasta que se editó su sexto álbum de estudio, Thriller (Epic, 1982), el mercado del clip no ofrecía productos demasiado originales. Por eso Michael quería hacer algo novedoso y que tuviese mucho impacto en televisión, sobre todo tras la reciente aparición en antena -un año antes-, de la cadena musical MTVCon este planteamiento llega el vídeo de Billie Jean. Dirigido por Steve Baron, tuvo un elevado coste para la época y fue sufragado, a pesar de las quejas, por su discográfica Epic Records. No obstante, el resultado fue muy satisfactorio y tuvo una notable repercusión en la MTV, como preveía Jacko.

Pero el punto álgido de Billie Jean llegaría en mayo de 1983, en un concierto para la televisión con el que se conmemoraba el 25 aniversario de su sello discográfico en los tiempos de The Jackson 5, Motown Records. Aunque en un principio se negó a participar, finalmente lo hizo acompañado de sus hermanos. Michael llamó a sus colaboradores y les dijo que le prepararan un sombrero similar al que llevaban los agentes secretos y una chaqueta negra brillante que había utilizado en alguna que otra ocasión. La indumentaria estaba lista pero aún no había tenido tiempo de preparar una coreografía para su actuación en solitario.

La noche anterior de la grabación del programa estaba en la cocina de su casa escuchando Billie Jean a todo volumen. Mientras sonaba la canción, cogió el sombrero y fue improvisando algunos movimientos al ritmo que le marcaba la música. Ya llevaba un tiempo ensayando el 'Moonwalk' pero no lo había presentado en público. Ese sería el momento.

En aquella gala de Motown 25 se presenció por primera vez el 'Moonwalk' de Michael Jackson. Él no había inventado este paso de baile pero sí fue el que lo perfeccionó y popularizó. Casi 50 millones de personas vieron aquél espectáculo y, tras su actuación, todo el respetable se puso en pie para aplaudirle. Se había convertido también en un excelente bailarín. Ese evento cambió muchas cosas en su vida y el impacto que tuvo se vio reflejado en las tiendas de discos; las ventas de Thriller aumentaban exponencialmente: en otoño de ese año se vendieron 8 millones de ejemplares.


Para el videoclip de Beat it, Michael Jackson quería representar el ambiente callejero en el que se desenvolvían las pandillas urbanas y mostrar su rechazo a la violencia. Con un presupuesto de unos 150.000 $, los gastos corrieron de su cuenta ante la negativa de Epic a invertir tal cantidad. Eligió como director a Bob Giraldi y reclutaron a las bandas más conflictivas de Los Ángeles para rodarlo. Una experiencia inolvidable, pero no iba a ser sencilla. Habían contratado a guardias de seguridad y se prepararon para cualquier incidente que pudiera producirse durante la grabación. Finalmente no ocurrió nada. Eran jóvenes problemáticos pero estaban encantados con la oportunidad de salir en televisión. Fue un experimento muy realista que se vio reflejado exitosamente en el trabajo final.


No obstante, el paradigma del videoclip tal y como era concebido por El Rey del pop llegó con Thriller, el single. Un año antes había visto la película de terror Un hombre lobo americano en Londres (1981), de John Landis, y había quedado fascinado por los efectos especiales de Rick Baker. Michael quería dotar a su nuevo clip de un hilo argumental que acompañara a la música y le seducía la idea de poder transformarse en un monstruo, de ahí que pensara en Landis para rodarlo.

Aunque de nuevo Jackson pagaría los costes, esta vez eran desorbitados, 800.000 $. Sin embargo, su consejero John Branca, tuvo la idea de grabar un making of sobre el propio videoclip que ayudara a su financiación. Consiguió que la MTV y la televisión por cable Showtime se interesaran y aportaran el capital, mientras que la compañía Vestron lo lanzaría en formato doméstico. The Making of Thriller vendió un millón de ejemplares.

El vídeo es un prodigio de vestuario, coreografías y ritmo que se asemeja a un musical de terror. Tras su estreno en la MTV causó furor y, a continuación, se lanzó el sencillo, propiciando ambos que las ventas del álbum se dispararan. En un momento dado de 1984 se estaban comercializando un millón de LP’s a la semana. Un año después, cuando finalizó la campaña de promoción, habían despachado 32 millones de copias. Y a partir de aquí, la historia es bien conocida: Thriller se convierte en el disco más vendido de todos los tiempos.



Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 29 de agosto de 2013.

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