La
historia de la música está llena de casualidades. Como se suele
decir, hay que estar en el lugar oportuno en el momento preciso. Una
de ellas es la relacionada con el Twist,
baile que causó furor en todo el mundo y que tomó su nombre de la
canción del mismo título, The twist. Con unos pasos
marcados por el ritmo del rock ‘n’ roll y de ejecución sencilla,
se caracterizaba por un constante movimiento de caderas, pies y
brazos, con una importante novedad hasta el momento: las parejas no
se llegaban a tocar.
Surgido
en Estados Unidos, donde se convirtió en el baile preferido de una
parte importante de la sociedad, su popularidad llegó a Europa a
partir de 1962. En España, muchos conjuntos se apuntaron a la moda e
interpretaban canciones de este nuevo estilo con el que los jóvenes
disfrutaban en aquellos famosos guateques. Sin embargo, a las
autoridades les parecía un auténtico peligro para la moral aquellos
contoneos de caderas y movimientos con el torso de las chicas. Cosas
de la época.
Centrándonos
ya en el tema que dio origen a dicho fenómeno de masas, fue
compuesto por el vocalista afroamericano de rhythm & blues Hank
Ballard, que lo grabó a
finales de 1958 y fue publicado por el sello de Cincinnati King
Records en 1959, como cara
B del single Teardrops on
your letter. Pero, sin
embargo, tuvo escasa repercusión, llegando únicamente al puesto 28
de las listas de ventas.
Ballard,
de nombre real John Henry Kendricks, nació en Detroit en 1927 pero
creció en la ciudad de Bessemer, Alabama. Empezó cantando en la
iglesia, de ahí su influencia del góspel, aunque también se sentía
atraído por el blues y el pop vocal. En su adolescencia volvería a
la ciudad del motor; trabajó en aquella próspera industria y
comenzó a formar sus primeros grupos de doo-wop como The Royals, que
finalmente terminarían llamándose The
Midnighters, y con los que
grabaría The twist.
Algunos
temas suyos alcanzaron cierta repercusión a mediados de los 50, como
Work with me, Annie
o Sexy ways,
composiciones donde las letras ofrecían explícitas connotaciones
sexuales que le ocasionaron algún que otro problema con las emisoras
de radio, las cuales, vetaban su emisión. Sin duda, aunque no con
grandes resultados, The twist fue su mayor logro.
Pero
todo cambió un año después. Chubby
Checker, un joven cantante
de R&B natural de Spring Gulley (Carolina del Sur) aunque
residente en Philadelphia, graba una nueva versión de The twist, casi idéntica a la
de Ballard, y
alcanza la fama internacional.
Nacido
en 1941 como Ernest Evans, Checker tocaba el piano desde niño,
comenzando a cantar a mediados de los 50, hasta que en 1959 ficha por
la discográfica de Bernie Lowe, Parkway
Records, una subsidiaria de
la etiqueta Cameo.
En 1960 le proponen grabar una adaptación de The twist que, finalmente, fue
la que puso a bailar a toda una generación en cualquier rincón del
planeta.
El
single consiguió todo un hito, pues fue el primero que llegó al
número 1 de las listas en dos años diferentes, 1960 y 1962. Tal
repercusión también fue posible gracias a la promoción e impulso
que recibió a través de la pequeña pantalla. Se rumoreó que el
presentador y productor Dick
Clark, que conducía los
espacios musicales de televisión American
bandstand y
The Dick Clark’s saturday
night beechnut
show, importantes
lanzaderas para los nuevos valores de la canción en Norteamérica,
invitó a Hank Ballard & The Midnighters para que actuaran en su
programa. No se saben las razones, pero la leyenda dice que Ballard
no pudo acudir y Clark tuvo que buscar urgentemente un sustituto.
Parece que tenía intereses económicos en Cameo-Parkway, así que
inició los contactos para encontrar a un artista local que
interpretara The twist y eligió a Chubby Checker, el cual, le pareció que tenía una voz
muy similar.
Esto
supuso el trampolín definitivo para la consagración de Checker y la
del propio baile, ya que también destacaba por su forma de moverse
en el escenario. Era reclamado por todas las cadenas televisivas,
discotecas y eventos varios para promocionarlo. Según contaba,
practicarlo era muy sencillo: “El punto de partida es como si
fueses un púgil antes de un combate y luego mueves los brazos, como
si te secaras la espalda con una toalla, y los pies…”. A lo que
yo añadiría, ‘moviéndolos como si apagaras un cigarrillo en el
suelo’.
Tras
este bombazo, Checker intentó alargar la estela del twist con
composiciones bailables y festivas muy similares. Pretendió poner de
moda otros bailes con canciones como Dance
the mess around, The fly o Limbo
rock; continuó con
derivados y readaptaciones, Let’s
twist again; o versiones,
Twist & shout
de The Isley Brothers, archiconocida después gracias a The Beatles.
Casualidades
de la vida, Chubby Checker
se había convertido en el rey
del twist gracias a una
adaptación del tema compuesto por Hank
Ballard. La versión de
este último, la original, no tuvo gran repercusión en las listas de
ventas pero sí que la tuvo para sus bolsillos, pues en los años
siguientes se beneficiaría de los importantes ingresos que le
reportaban los derechos de autor como consecuencia del boom que
provocó el twist
de Checker.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 1 de agosto de 2013.
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