viernes, 19 de octubre de 2018

The Twist


La historia de la música está llena de casualidades. Como se suele decir, hay que estar en el lugar oportuno en el momento preciso. Una de ellas es la relacionada con el Twist, baile que causó furor en todo el mundo y que tomó su nombre de la canción del mismo título, The twist. Con unos pasos marcados por el ritmo del rock ‘n’ roll y de ejecución sencilla, se caracterizaba por un constante movimiento de caderas, pies y brazos, con una importante novedad hasta el momento: las parejas no se llegaban a tocar.

Surgido en Estados Unidos, donde se convirtió en el baile preferido de una parte importante de la sociedad, su popularidad llegó a Europa a partir de 1962. En España, muchos conjuntos se apuntaron a la moda e interpretaban canciones de este nuevo estilo con el que los jóvenes disfrutaban en aquellos famosos guateques. Sin embargo, a las autoridades les parecía un auténtico peligro para la moral aquellos contoneos de caderas y movimientos con el torso de las chicas. Cosas de la época.

Centrándonos ya en el tema que dio origen a dicho fenómeno de masas, fue compuesto por el vocalista afroamericano de rhythm & blues Hank Ballard, que lo grabó a finales de 1958 y fue publicado por el sello de Cincinnati King Records en 1959, como cara B del single Teardrops on your letter. Pero, sin embargo, tuvo escasa repercusión, llegando únicamente al puesto 28 de las listas de ventas.

Ballard, de nombre real John Henry Kendricks, nació en Detroit en 1927 pero creció en la ciudad de Bessemer, Alabama. Empezó cantando en la iglesia, de ahí su influencia del góspel, aunque también se sentía atraído por el blues y el pop vocal. En su adolescencia volvería a la ciudad del motor; trabajó en aquella próspera industria y comenzó a formar sus primeros grupos de doo-wop como The Royals, que finalmente terminarían llamándose The Midnighters, y con los que grabaría The twist.

Algunos temas suyos alcanzaron cierta repercusión a mediados de los 50, como Work with me, Annie o Sexy ways, composiciones donde las letras ofrecían explícitas connotaciones sexuales que le ocasionaron algún que otro problema con las emisoras de radio, las cuales, vetaban su emisión. Sin duda, aunque no con grandes resultados, The twist fue su mayor logro.


Pero todo cambió un año después. Chubby Checker, un joven cantante de R&B natural de Spring Gulley (Carolina del Sur) aunque residente en Philadelphia, graba una nueva versión de The twist, casi idéntica a la de Ballard, y alcanza la fama internacional.

Nacido en 1941 como Ernest Evans, Checker tocaba el piano desde niño, comenzando a cantar a mediados de los 50, hasta que en 1959 ficha por la discográfica de Bernie Lowe, Parkway Records, una subsidiaria de la etiqueta Cameo. En 1960 le proponen grabar una adaptación de The twist que, finalmente, fue la que puso a bailar a toda una generación en cualquier rincón del planeta.

El single consiguió todo un hito, pues fue el primero que llegó al número 1 de las listas en dos años diferentes, 1960 y 1962. Tal repercusión también fue posible gracias a la promoción e impulso que recibió a través de la pequeña pantalla. Se rumoreó que el presentador y productor Dick Clark, que conducía los espacios musicales de televisión American bandstand y The Dick Clark’s saturday night beechnut show, importantes lanzaderas para los nuevos valores de la canción en Norteamérica, invitó a Hank Ballard & The Midnighters para que actuaran en su programa. No se saben las razones, pero la leyenda dice que Ballard no pudo acudir y Clark tuvo que buscar urgentemente un sustituto. Parece que tenía intereses económicos en Cameo-Parkway, así que inició los contactos para encontrar a un artista local que interpretara The twist y eligió a Chubby Checker, el cual, le pareció que tenía una voz muy similar.

Esto supuso el trampolín definitivo para la consagración de Checker y la del propio baile, ya que también destacaba por su forma de moverse en el escenario. Era reclamado por todas las cadenas televisivas, discotecas y eventos varios para promocionarlo. Según contaba, practicarlo era muy sencillo: “El punto de partida es como si fueses un púgil antes de un combate y luego mueves los brazos, como si te secaras la espalda con una toalla, y los pies…”. A lo que yo añadiría, ‘moviéndolos como si apagaras un cigarrillo en el suelo’.


Tras este bombazo, Checker intentó alargar la estela del twist con composiciones bailables y festivas muy similares. Pretendió poner de moda otros bailes con canciones como Dance the mess around, The fly o Limbo rock; continuó con derivados y readaptaciones, Let’s twist again; o versiones, Twist & shout de The Isley Brothers, archiconocida después gracias a The Beatles.

Casualidades de la vida, Chubby Checker se había convertido en el rey del twist gracias a una adaptación del tema compuesto por Hank Ballard. La versión de este último, la original, no tuvo gran repercusión en las listas de ventas pero sí que la tuvo para sus bolsillos, pues en los años siguientes se beneficiaría de los importantes ingresos que le reportaban los derechos de autor como consecuencia del boom que provocó el twist de Checker.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 1 de agosto de 2013.

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