jueves, 18 de octubre de 2018

Los inicios de The Beach Boys


En 1961, los hermanos Brian, Carl y Dennis Wilson, un primo de la familia, Mike Love y un amigo del instituto, Al Jardine, formaban una banda en la ciudad angelina de Hawthorne, California. En pocos años se convertirían en una de las formaciones más importantes del pop en Estados Unidos, iconos de la música surf y reflejo idealizado de la cultura adolescente de la Costa Oeste en los años 60. Las bondades del clima de su tierra, la playa, las chicas y los coches deportivos fueron fuente de inspiración para un buen puñado de éxitos imperecederos en el que destacaban los extraordinarios arreglos de Brian, una cuidada instrumentación y unas deliciosas armonías vocales que llegaron a instaurar un estilo musical inconfundible acompañado por una puesta en escena muy personal, con sus camisas de rayas y pantalones claros.

El padre de los tres jóvenes, el autoritario Murry Wilson, un músico retirado que no había llegado a disfrutar de las mieles del éxito, veía que sus hijos tenían un gran potencial para llegar a lo más alto y les inculcó una férrea educación musical no exenta de constantes exigencias, presiones y castigos, ejerciendo un control absoluto de la carrera de los chicos en su faceta de representante.

Amantes de los grupos vocales y del doo-wop estadounidenses de los 50, como The Four Freshmen y The Hi-Lo’s, y del rock & roll y las guitarras de Chuck Berry, comenzaron fabricando algunas grabaciones caseras que interpretaban en fiestas escolares y en bares locales. Los primeros nombres que adoptaron fueron Carl & The Passions, Kenny & The Cadets o The Pendletons, como una marca de camisas de lana muy populares por la época.

Murry Wilson consiguió convencer al productor Hite Morgan, dueño de un pequeño estudio de grabación en Hawthorne, para que registraran sus primeras canciones. Pero tanto Hite como su esposa Dorinda no quedaron muy satisfechos con el repertorio así que les aconsejaron que realizaran otro tipo de temas más originales y que pudieran tener más repercusión comercial. Aquí fue cuando Dennis, el único que practicaba surf del grupo, recomendó a sus compañeros componer una canción que hablara de ese deporte tan increíble y que tanto éxito estaba teniendo entre los jóvenes californianos. Así surgió Surfin’, la primera referencia de, en aquellos momentos, The Pendletons.


La compañía independiente Candix Records les publicó ese primer sencillo en diciembre de 1961. Pero cuando nuestros protagonistas desembalaron el disco se llevaron una gran sorpresa. ¡En la etiqueta del vinilo no ponía The Pendletons, sino The Beach Boys! Rápidamente, su padre llamó por teléfono a Morgan para decirle que ese no era el nombre de la banda de sus hijos y que lo cambiara inmediatamente. Pero el escaso presupuesto con el que contaban hizo imposible modificarlo ya que los discos estaban prensados, impresos y distribuidos y era muy costoso volver a realizar el proceso.

Un ejecutivo del sello, Russ Regan, cuando oyó la grabación de la banda pensó que no
tenían un nombre adecuado a la música que hacían. En un principio decidió rebautizarlos como The Surfers, pero ya existía una formación llamada así. Finalmente se decantó por The Beach Boys, una denominación más acorde con el estilo musical de su canción. Regan pensó que sonaban muy similares a un dúo californiano de la época, Jan & Dean, unos de los precursores de la música surf, formados en 1958, que obtuvieron un notable reconocimiento durante aquellos años. La aparición de The Beach Boys ayudaría a la pareja a aumentar su popularidad durante la década de los 60. Actuaban juntos e incluso Brian Wilson ayudó a su amigo Jan Berry a componer su tema más famoso, Surf city, número 1 en 1962.

Volviendo con Los chicos de la playa, Surfin’ se convertiría en un gran éxito regional y gracias a la promoción del padre, consiguió colarse en las listas nacionales. Tras esta irrupción en el panorama musical de Estados Unidos, fichan por la multinacional Capitol Records quien les graba su primer larga duración, Surfin safari (1962). A partir de aquí iniciarían una carrera meteórica y muy prolífica que les llevó a registrar álbumes tan recordados como Surfin’ U.S.A. en 1963 (en el que, para el single que da título al disco, usaron la melodía de Sweet little sixteen de Chuck Berry y le añadieron un nuevo texto), All summer long de 1964, que contiene el primer número 1 en Norteamérica, I get around, y dos de sus mejores LP’s en el año 65, Summer days (and summer nights!!) y The Beach Boys today!


Tras estos trabajos el grupo comienza a hacer otro tipo de música, más madura, elaborada y más alejada del surf. Brian Wilson, obsesionado con el 'muro de sonido' de Phil Spector, con los discos de The Beatles, en especial Rubber soul (Parlophone, 1965), y obcecado en encontrar la melodía perfecta, se encierra más en el estudio. A principios de 1965 se toma un paréntesis y aparca los directos para centrarse más en la producción. Las abundantes giras y las presiones de la industria terminan por afectarle y le provocan una crisis nerviosa.

The Beach Boys se habían convertido en una alternativa seria a The Beatles, gozaban de gran popularidad y muchas de sus canciones eran grandísimos éxitos. Pero aún estaba por llegar una nueva etapa de reconocimiento mundial y unánime gracias a uno de los mejores discos que se han hecho en la historia de la música popular: Pet sounds (Capitol, 1966).

Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 20 de junio de 2013.

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