jueves, 25 de octubre de 2018

Motown, la fábrica de los éxitos


Estudio de Motown y actual museo, Detroit (Michigan)
En la actualidad, la ciudad de Detroit está sumida en una gravísima situación económica, con unos altos niveles de pobreza y delincuencia que han provocado un considerable descenso de la población. Sin embargo, en los años 50 y 60 era una gran urbe que albergaba la próspera industria automovilística y recibía a numerosas familias que habían emigrado para abastecer con mano de obra a las grandes firmas del motor como Ford, General Motors o Chrysler. Esa época de bonanza dio lugar también a una importante escena musical, con un buen puñado de sellos independientes que surgieron para reflejar dicha creatividad. La mayoría eran pequeños y poco solventes, por lo que muchos desaparecieron, pero uno de ellos llegaría a convertirse en uno de los negocios discográficos más rentables de la historia, Motown Records.

The Supremes, 1967
Su fundador, Berry Gordy Jr., fue boxeador profesional y había combatido en la Guerra de Corea como soldado del ejército estadounidense. A su regreso, en 1953, su afición por la música le llevó a montar una tienda de discos de jazz, 3-D Record Mart, que sin embargo, solo pudo mantener abierta durante año y medio. Tras el cierre empezó a trabajar en una fábrica de Ford y, después, se dedicó a componer. Para su amigo Jackie Wilson escribiría Reet petite (1957) y Lonely teardrops (1958), número 1 en las listas de R&B y su primer tema en entrar en el Hot 100 de Billboard. Las canciones estaban editadas por Brunswick Records que, al igual que otros sellos para los que cedía temas, no le pagaba ni pronto ni bien por los derechos de autor. Cansado de esta circunstancia, decidió producir sus propios discos.

The Four Tops, 1967.
Foto: Arnie Lee
Es así como, en enero de 1959, con el dinero que había conseguido y un préstamo de su familia -800 $- alquila un sótano en el 1719 de la calle Gladstone y crea la Tamla Record Company. (En un principio se iba a llamar Tammy, como una canción de 1957 interpretada por Debbie Reynolds que aparece en la película Tammy and the bachelor (Joseph Pevney) (Tammy, la muchacha salvaje), aunque obviamente, el nombre ya estaba registrado). 

Gordy empezó a reclutar jóvenes talentos negros que iba descubriendo o fichaba de otras discográficas, como William ‘Smokey’ Robinson. La primera referencia que publicó fue un single de Marv Johnson, Come to me, mientras que el primer gran éxito llegó con Money (That’s what I want) de Barret Strong, puesto 2 de R&B en 1960.

Mary Wells, 1964
Poco después, Gordy compraría un antiguo estudio fotográfico en el 2648 de West Grand Boulevard, donde fundó la editora Jobete Music y la compañía Motown -Abreviatura de Motor Town, ciudad del motor, en honor a su ciudad natal- Record Corporation, que a partir de ese momento sería el nombre de la empresa donde se aglutinarían los más de 45 sellos subsidiarios que crearía o adquiriría, como Rare Earth, VIP, Miracle o Anna Records, propiedad de sus hermanas Anna y Gwendolyn y su cuñado Harvey Fuqua. De esta forma, repartidos sus artistas, podía promocionar todo su catálogo sorteando las acusaciones del pago de payola -Método ilegal por el que las discográficas pagan una cantidad a empresarios o DJ’s de las emisoras de radio para que las canciones de sus artistas suenen en su parrilla de programación- por una única discográfica.

La casa de dos plantas, que hoy alberga el Museo Motown, tenía arriba las oficinas y abajo el estudio de grabación. En este edificio controlaría todo el proceso de creación de su particular cadena de montaje musical: “Hitsville U.S.A, el sonido de la joven América”. Y es que Gordy había creado la compañía inspirándose en el sistema de trabajo que aprendió en la industria automovilística. En este caso, en busca de la canción de pop perfecta destinada a todo tipo de públicos, sin distinción racial, algo poco habitual hasta ese momento.


Su visión empresarial le llevó a construir un perfecto engranaje de piezas que funcionaban armoniosamente para obtener los resultados más satisfactorios: contaba con los mejores artistas, que eran sometidos a una férrea disciplina a la hora de grabar, tenía en nómina a los mejores compositores y productores como Holland-Dozier-Holland, Nick Ashford o Norman Whitfield, dispuso de unos excelentes músicos de sesión permanentes, The Funk Brothers, coristas como el trío femenino The Andantes y hasta una escuela de ‘modales’, en la que Maxine Powell enseñaba a los intérpretes a hablar en público, la forma correcta de caminar, de moverse en el escenario o el vestuario apropiado.

De este modo, en enero de 1961 llega el primer top 1 de R&B y número 2 en las listas generales, Shop around de The Miracles, single que vendió un millón de copias. Y a finales de año, por fin un tema alcanza la cima de las listas en Norteamérica, Please Mr. Postman de The Marvelettes.


Motown obtuvo una enorme repercusión hasta 1971. Incluso The Beatles y The Rolling Stones sucumbieron ante la calidad de los temas surgidos de la factoría, haciendo versiones de You really got a hold on me o Money, respectivamente. Los años 60 serían los más fructíferos, con memorables trabajos de solistas y formaciones como Mary Wells, Martha Reeves & The Vandellas, The Four Tops o The Temptations, entre otros muchos. También Stevie Wonder, que publicaba en 1963 el disco en directo The 12 years old genius, primer álbum del sello en coronarse número 1. ‘Little’ Wonder se convertía en el intérprete más joven en liderar las listas. Dos años más tarde, The Supremes llegaría a ser el único grupo que publicaba cinco hits consecutivos.

Stevie Wonder, 1967
En los años 70 irrumpirían con fuerza los hermanos de Gary (Indiana), The Jackson 5. Jackie, Tito, Jermaine, Marlon y Michael Jackson colocaron cuatro singles en el número 1. Una década en la que también destacó, con grandes canciones y LP’s, Marvin GayePero aquí comenzó también el declive. En 1972, Gordy decidió trasladar el centro de operaciones a Los Ángeles, más interesado en el negocio musical para el cine. Los artistas empezaron a quejarse por los métodos de trabajo, requerían más dinero y conseguir mayor control sobre sus obras. Algunos productores y compositores se marcharon. No obstante, Motown seguía haciendo caja. En 1984, Lionel Ritchie grababa Can’t slow down, con importantes resultados económicos, mientras que desde los 90, Boyz II Men o Erykah Badu han seguido aportando réditos a la compañía, que en 1988 fue vendida a MCA y Boston Ventures por 61 millones de dólares y en la actualidad pertenece a Universal.

El sello que cambió la manera de entender la música, que ha obtenido ventas millonarias y más de 180 números uno, ha sido capaz de crear un estilo único e inconfundible, un sonido propio de soul elegante y pop pegadizo, el Sonido Motown. Parece fácil tal y como resumió Berry Gordy todos esos éxitos: KISS, “Keep it simple, stupid!” (Hazlo fácil, estúpido).


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 28 de noviembre de 2013.

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