Este
jueves 9 de mayo en Madrid, a la edad de 80 años, nos dejaba para
siempre uno de los mejores actores que ha dado el cine, el teatro y
la televisión en España, el gran Alfredo
Landa.
Un
mito del celuloide que será recordado por su actuación en grandes
películas como El bosque
animado (José Luis Cuerda, 1987), Los
santos inocentes (Mario Camus, 1984) o El
crack (José Luis Garci, 1981) y en series de la
pequeña pantalla como Don
Quijote de la Mancha o
Ninette y un señor de
Murcia, con las que obtuvo
gran popularidad y consiguió distintos premios, entre ellos, un Goya
a la mejor interpretación masculina y otro de Honor, que reconocía
su larga y exitosa trayectoria.
Pero
queremos rendirle un pequeño homenaje al creador del 'Landismo'
recordando su relación con la música, con un poco de humor, eso sí.
Y ésta se plasmó en una formación ficticia llamada Los
Hippy-Loyas creada para la
película Una vez al año
ser hippy no hace daño de
1969 bajo la dirección de Javier Aguirre.
El
combo estaba formado por Concha
Velasco, Manuel
Gómez Bur, Tony
Leblanc y el propio Alfredo
Landa. En
la película, la banda se llama Flor
de lis y los Dos del Orinoco,
en principio un trío que se dedica a tocar en bares de playa con un
repertorio de música muy pasado de moda. Pero todo cambia cuando se
encuentran en la Costa del Sol con Johnny (Leblanc), un caradura que
les convence para cambiar de nombre, tocar pop psicodélico y decir
que acaban de llegar de Liverpool. En
definitiva, mucho descaro para esta españolada de dudoso gusto pero
que nos dejó esta rareza.
Discos
Belter publicó el EP de la
B.S.O. con cuatro canciones, de las cuales, Love,
love, love, compuesta por
A. Waitzman y S. Le Brocq, era interpretada por este singular
cuarteto.
Descanse
en paz, maestro.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 10 de mayo de 2013.
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