jueves, 15 de noviembre de 2018

Sex Pistols: la fuerza del punk en imágenes


Existe controversia entre quienes opinan que Sex Pistols fue un producto comercial inventado por un astuto empresario para lucrarse y los que defienden que se trató de un proyecto en el que unos jóvenes, aún sin tener la destreza necesaria, demostraron con osadía y creatividad que se podía formar una banda, hacer rock y romper con las normas preestablecidas de la industria musical. Entre, si detrás del advenimiento del punk había una base ideológica fundamentada en el Situacionismo o, si por el contrario, las circunstancias desfavorables para la juventud británica de mediados de los 70 -desempleo, huelgas, desalentadoras expectativas- fueron realmente las que provocaron el nacimiento de este movimiento contracultural.

Foto: Gilberto Márquez
Menos debate suscita que, con una breve trayectoria, Sex Pistols se haya convertido en una de las formaciones más influyentes de la historia de la música y en el estandarte de esa corriente estilística que no sólo abarcaría grupos, discos y canciones. Ya que, por ejemplo, entre la cultura punk y la moda existe una íntima vinculación. Este es uno de los aspectos fundamentales que centran la exposición ‘From sex to punk. Vivienne Westwood, Malcolm McLaren y Sex Pistols’ que por primera vez se presenta en España y que acoge La Térmica, centro de creación contemporánea de la Diputación de Málaga.

Una selección de medio centenar de fotografías, la mayoría realizadas por John Tiberi, quien fuese representante de The 101’ers –banda de Joe Strummer anterior a The Clash- y posteriormente responsable de producción de las giras de Sex Pistols. Con ellas pretende descifrar el universo que rodeaba a la banda, con imágenes promocionales, de viajes y conciertos, pero también de la vida cotidiana de sus integrantes, así como de un establecimiento de especial importancia para el desarrollo del punk: la boutique Sex.

La tienda, ubicada en el 430 de King’s Road de Londres, estaba regentada desde 1971 por Malcolm McLaren y Vivienne Westwood. Él, manager e ideólogo de Sex Pistols, y ella, una de las modistas más afamadas de las últimas décadas. Aunque con distintos nombres –Let it rock; Too fast to live, too young to die-, será a partir de 1974 cuando pase a denominarse Sex y se transforme en punto de encuentro para futuros referentes musicales como Siouxsie Sioux o Adam Ant o cuente con empleados ilustres como Chrissie Hynde de The Pretenders o el que sería bajista de nuestros protagonistas, Glen Matlock.

Sid Vicious y John Lydon. Berlín, 1977. © John Tiberi.
Asiduos de Sex eran, asimismo, los componentes de The Strand, grupo del guitarrista Steve Jones y el batería Paul Cook. McLaren y Westwood intuían que aquello que se estaba empezando a gestar no sólo podía inspirarles para sus prendas. Él se interesó en dirigirlos y, tras volver de un viaje de algunos meses por Nueva York, donde trabajó con New York Dolls y se empapó del glam, del garage rock y de la música de Iggy Pop and The Stooges o Ramones, se dedicó aún más a ese cometido con el objetivo de inculcarles lo que había conocido en Estados Unidos.

Los rebautizó como Sex Pistols y en agosto de 1975 a Jones, Cook y Matlock se les unió de vocalista un extravagante chaval de 19 años habitual de la zona. En la prueba, ataviado con una camiseta de Pink Floyd a la que había pintado “odio a” y con el pelo tintado de verde, John Lydon, al que McLaren apodó Johnny Rotten, interpretó en playback I’m eighteen de Alice Cooper mientras sonaba en la jukebox del mítico comercio. Su carisma cautivó más que su pericia frente al micro.

Las obras de Tiberi reflejan la actitud canalla y desafiante de una banda que habitó instalada en el escándalo. Sonado fue el altercado en el programa de televisión Today con el presentador Bill Grundy en diciembre de 1976. A última hora, Queen no pudieron acudir y fueron sustituidos por los miembros de Sex Pistols, que en la entrevista soltaron todos los insultos y barbaridades que les dio tiempo. Quejas de la audiencia, Grundy despedido y los tabloides abriendo al día siguiente con titulares al estilo del célebre ‘The filth and the fury’ (‘La mugre y la furia’). Una inmejorable publicidad para situarse en el centro de la opinión pública del país.


Cuando ocurrió este incidente ya estaba en la calle su single de debut, Anarchy in the UK, con una portada impactante, totalmente negra y sin palabra alguna. De esta manera iniciaban una serie de composiciones polémicas que abrazaban la crítica social y la sátira política para indignación de las mentes más conservadoras. Como God save the Queen, editada coincidiendo con el 25 aniversario de la llegada al trono de Isabel II y que, el mismo día del acto, intentaron tocar en un barco sobre el río Támesis, cerca del Palacio de Westminster. Pero el experimento acabó con peleas, disturbios y detenciones. Incluso se le vetó el nº1 de las listas en una extraña maniobra para no herir sensibilidades; puesto en el que aparecía I don’t want to talk about it de Rod Stewart (21 mayo 1977).

God save the Queen, 1977. © Jamie Reid.
Además, en la muestra organizada por La Térmica junto a Contemporánea, encontramos piezas de Jamie Reid, compañero de McLaren en la Escuela de Arte de Croydon (Londres). Diseñador de la llamativa iconografía de la banda, realizó la cubierta de su único álbum, Never mind the bollocks, here’s the Sex Pistols (Virgin, octubre 1977) o la tipografía sobre el famoso retrato de la Reina de Inglaterra. La técnica de recortar letras de periódicos y/o revistas y pegarlas formando un texto fue originada por Helen Wellington-Lloyd con los carteles que hacía para Sex y las actuaciones del grupo; una de las principales expresiones del ‘do it yourself’ (‘hazlo tú mismo’).

El LP sufriría la censura de las emisoras de radio y las tiendas de discos, algunas de las cuales, lo comercializaron camuflando su portada por contener la palabra ‘bollocks’ (‘cojones’). Pero todo esto no hacía más que acrecentar una popularidad que ya había subido enteros desde primeros del 77 con el reemplazo de Matlock por Sid Vicious, que echaría más gasolina a la incendiaria carrera de Sex Pistols.

No menos traumática fue la relación con las discográficas -tres en poco más de dos años-, que pagaron considerables cantidades de libras por conseguir sus contratos y harían lo propio para rescindirlos. Sin embargo, lo que llamaba poderosamente la atención eran sus apariciones en directo. Siempre acompañados por sus seguidores, el ‘Bromley contingent’, con su característica impronta: ropa rota, imperdibles, cremalleras y bailando el 'pogo'. En un escaso periodo de tiempo, llegaron a presentarse en locales relevantes como el Marquee o el 100 Club, donde Tiberi quedó tan fascinado de ellos que le planteó a McLaren su incorporación como tour manager.

Sex Pistols en la Puerta de Brandeburgo, Berlín, 1977.
© John Tiberi
Sus recitales eran caóticos, provocadores y tumultuosos, como los que tuvieron lugar en la gira por U.S.A. que, sin preverlo, sería la de la disolución de la banda, en enero de 1978. Tensiones internas, problemas con los visados, cancelaciones, trifulcas con espectadores… hasta que Johnny Rotten, dirigiéndose al público del Winterland Ballroom de San Francisco (California), pronunció aquello de “¿alguna vez os habéis sentido engañados?”.

From Sex to punk’ se completa con instantáneas de Barry Plummer, imágenes de la película The great rock ‘n’ roll swindle (1980), filmada por Julien Temple con dirección fotográfica de Tiberi; diferentes vídeos y documentales y una banda sonora creada para la ocasión por Paul Cook. Ésta incluye temas de los discos que sonaban en Sex y algunos de los que precedían a los conciertos de Sex Pistols, entre los que se encuentran artistas como Flamin’ Groovies, Screamin’Jay Hawkins o The Troggs, y que se estrenó durante la inauguración de una exposición a la que acudieron, entre otros, John Tiberi para ofrecer una charla sobre aquella época, y Silvia Superstar, que obsequió al respetable una sesión musical a los platos.


From sex to punk. Vivienne Westwood, Malcolm McLaren y Sex Pistols.
Hasta el 9 de enero de 2015.
La Térmica. Avd. de Los Guindos, 48. Málaga.
Horario: Martes a sábado: 11 a 14 y 17 a 21 hrs.
Domingos y festivos: 12 a 19’30 hrs.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 7 de noviembre de 2014.

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