miércoles, 7 de noviembre de 2018

Aquellos legendarios conciertos de The Rolling Stones en España


Para ver actuar por primera vez a The Rolling Stones en España hubo que esperar algunos años. Su fama de músicos gamberros y violentos, forjada desde los inicios de su carrera, motivó que no fuesen muy bien vistos ni por las autoridades ni por el sector de la prensa más conservadora durante la dictadura franquista. Para la banda británica, que había tenido problemas en otros países por posesión de marihuana, tampoco entraba en sus planes incluirnos como destino en las giras por miedo a ser detenidos, aunque, eso sí, ya habían estado de turismo en algunas ciudades a finales de los 60.

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Por su parte, el afamado promotor de espectáculos musicales Gay Mercader, que daba sus primeros pasos en el negocio de la organización de eventos, llevaba un tiempo realizando gestiones para que The Rolling Stones, uno de sus grupos favoritos, ofrecieran un concierto en territorio nacional. Sabía que, si lo conseguía, supondría un importante salto cualitativo para su empresa y situaría a España en el mapa internacional, abriendo el camino para que otras rutilantes estrellas nos visitaran.

Aunque no sería nada fácil. Distintos motivos -económicos y otros más que surrealistas- impidieron a Mercader traer a la banda hasta 1976. Fue gracias a la familia Balañá, propietaria de las plazas de toros de Barcelona, como consiguió materializar su sueño y el de los miles de espectadores que acudieron a aquel recital en la Ciudad Condal el 11 de junio de ese año. Un evento que, en principio, se iba a celebrar en el coso de Las Arenas, pero que, una semana antes, se cambió la ubicación por La Monumental, por considerar este espacio más adecuado para un espectáculo de tales características.

Por fin The Rolling Stones hacían escala en nuestro país durante una de sus giras, el Tour of Europe’76. Las entradas costaron 900 pts., un precio elevado para la época. Fuera de la plaza, muchas personas protestaban por ello y el amplio dispositivo policial desplegado para la ocasión cargó contra ellas, llegando a lanzar varios botes de humo, de los cuales, algunos cayeron dentro del recinto. El aforo sin completar –se vendieron 11.000 entradas de las 18.000 disponibles- y la reacción ejemplar de los asistentes ayudaron a que no se produjera ninguna catástrofe. Aunque otra cuestión fue la monetaria. Sus Satánicas Majestades cobraron 10 millones de pesetas y las pérdidas ascendieron a unos 3 millones.

A las 9 de la noche comenzaron su actuación los teloneros, John Miles -en sustitución a última hora de Robin Trower- y The Meters, mientras que los Stones aparecieron sobre las tablas pasadas las 12.30. En un escenario bastante más sencillo de lo que ahora nos tienen acostumbrados, Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood, Charlie Watts y Bill Wyman, acompañados por músicos como Billy Preston al piano, tocaron 20 temas, entre los que se encontraban algunos de su último disco publicado, Black and blue (Rolling Stones Records, 1976), y clásicos como Get off of my cloud, Brown sugar o Jumpin’ Jack Flash.


Pero si mítico fue este primer concierto en tierras hispánicas de The Rolling Stones, hay otro que permanece en la retina de los seguidores por la espectacularidad en su desarrollo y por lo que significó en su momento, ya que no abundaban por estas tierras los acontecimientos de tal magnitud. La fecha, el 7 de julio de 1982; el lugar, el Estadio Vicente Calderón de Madrid; un evento organizado dentro de los actos culturales de promoción para el Mundial de Fútbol.

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La expectación que se creó fue enorme. Las emisoras de radio emitieron programas sobre la banda durante las horas previas, la prensa escrita se volcó con ellos y las revistas publicaron números especiales. 2.000 pts. pagaron por las entradas las 70.000 personas que disfrutaron de aquel hito histórico, entre las que se encontraban músicos de la escena nacional como Miguel Ríos, Ramoncín, Víctor Manuel o Ana Belén, entre otros.

El calor era sofocante, unos 40 grados, cuando los teloneros The J. Geils Band iniciaron su actuación. Sin embargo, a medida que entraba la noche, el cielo se iba cerrando con nubarrones negros. De pronto, descargó una impresionante tormenta de agua y viento, acompañada de rayos y truenos, que hizo presagiar lo peor. Por otras cuestiones, poco antes se había cancelado el concierto que iba a tener lugar en el Estadio de Sarriá de Barcelona y que finalmente se celebró también en Madrid, en el mismo escenario, el 9 de junio. Así que, ante tal panorama meteorológico, el fantasma de la suspensión apareció por momentos.

Pero la tromba de agua no fue un impedimento, todo lo contrario. The Rolling Stones salieron al escenario sobre las 21 hrs., bajo una fuerte lluvia y una multitud de globos de colores que invadían todo el campo. El show se iniciaba con la potente Under my thumb y las inclemencias del tiempo se habían convertido en un aliado de excepción, en un elemento más de la escenografía y de los efectos especiales.


Durante la hora y media que, aproximadamente, duró la memorable actuación, los británicos interpretaron 24 canciones, incluida Angie que, aunque no la estaban tocando en la gira, quisieron tener un detalle con los fans españoles, pues había sido el primer nº1 que habían obtenido en el país, en 1973.

El fin de fiesta fue apoteósico. Luces apagadas, suenan los acordes de Satisfaction. La banda apareciendo por el escenario y Mick Jagger, con el torso desnudo y envuelto en una bandera de España, cantando en medio de aquel temporal de agua y viento, para deleite de todos los asistentes. Un instante único.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 20 de marzo de 2014.

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