En 2013
se cumplieron cuarenta años de la publicación de Goodbye yellow
brick road (DJM Records, 1973). Con motivo de la efeméride, un año
después salió al mercado una reedición conmemorativa del mismo,
con el álbum original remasterizado y suculentos extras -maquetas,
versiones, descartes, un documental y un libro ilustrado, entre
otros-, mientras Elton John iniciaba una gira para celebrar junto al
público el aniversario de unas canciones que han mantenido un peso
importante dentro del repertorio de sus conciertos más recientes.
Para la
grabación de este LP, Elton John -de nombre real Reginald Kenneth
Dwight- había decidido trasladarse con su equipo a Jamaica, a los
estudios Dynamic Sound de Kingston. Allí The Rolling Stones
registraron Goats head soup (Rolling Stones Records, 1973) y Cat Stevens, Foreigner (Island, 1973). El buen
resultado obtenido por ambos, el deseo de experimentar un cambio de
aires tras los dos anteriores trabajos discográficos realizados en
Francia y las instalaciones del lugar, sedujeron al de Middlesex y al
productor, Gus Dudgeon, para viajar hasta la isla a escribir y grabar
los temas.
Elton John en concierto en Gotemburgo, Suecia, 1971 |
Sin
embargo, no todo iba a ser tan idílico como planearon. Llegaron a la
capital jamaicana en la víspera del combate de boxeo entre Joe
Frazier y George Foreman, que tuvo lugar el 22 de enero de 1973. El
acontecimiento había generado una gran expectación, pero existía
en la ciudad un clima de tensión política provocado por la delicada
situación económica. Los trabajadores del estudio estaban en
huelga, así que no les fue fácil la entrada el primer día. Además,
el ambiente en la zona estaba enrarecido, como recordaba el letrista
Bernie Taupin: “El estudio estaba rodeado de una alambrada de
espino y había tíos con metralletas”. [...] “No había buena onda”.
Estos
inconvenientes propiciaron que Elton John no quisiera salir de la
habitación del hotel Pink Flamingo donde se hospedaba. En cambio,
dedicó su encierro a añadir música a las letras que había ideado
Taupin, con un balance de veintiuna canciones en tres productivas
jornadas.
No
obstante, surgieron más problemas. El estudio tampoco ofrecía las
mejores prestaciones. El sistema de grabación dejaba mucho que
desear y los micrófonos escaseaban. Solo grabarían una pieza,
Saturday night's alright for fighting, pero como reconocería uno de
los músicos, el guitarrista Davey Johnstone, “sonaba como un
montón de abejas enfadadas”.
La
preocupación crecía, sobre todo porque no se disparara el
presupuesto con la demora. Transcurridos cuatro meses, Elton John y
los suyos se dirigieron a los Strawberry Studios, conocido como
Château d'Hérouville, un castillo del siglo XVIII situado en la
población del mismo nombre, cercana a París, en el norte del país
galo, que el compositor Michel Magne compró en 1962 y convirtió en
estudio después de que se produjera un incendio en 1969. Sin ser
prodigioso técnicamente, en él se han fraguado discos como Obscured
by clouds (Harvest, 1972) de Pink Floyd o partes de The idiot (RCA Victor, 1977) y Low (RCA Victor, 1977), de Iggy Pop y
David Bowie, respectivamente, así como Honky château (DJM Records, 1972) y Don't
shoot me I'm only the piano player (DJM Records, 1972)), precedentes
de Goodbye yellow brick road.
En directo en Doncaster, Inglaterra, 2008 |
El
proceso de elaboración del álbum se aceleró, no se podía
desaprovechar más tiempo. Con dos o tres tomas por cada canción,
grababan tres o cuatro diariamente. De esta forma, en poco más de
dos semanas estaba terminado, listo para preparar su mezcla final en
los Trident Studios de Londres.
Esta es
la crónica sucinta de la gestación del primer disco doble de Elton
John, que no hubiese sido tal de no producirse aquella estancia en
tierras antillanas. Un álbum que alcanzó el puesto más alto en las
listas de éxitos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia
y que contiene una gran variedad de estilos y temáticas. Funeral for
a friend, un instrumental que se funde con Love lies bleeding para
conformar una pieza de once minutos, sirve de apertura de un LP con
referencias televisivas y cinematográficas -de hecho pensaban
denominarlo 'Silent movies and talking pictures'- como el single
Goodbye yellow brick road o Roy Rogers y en el que también hay lugar
para la fina ironía con el acercamiento al reggae de Jamaica
jerk-off, cuya autoría se atribuye en los créditos a Reggae Dwight
and Toots Taupin, ingeniosa alusión a los muy influyentes del género
Toots (Hibbert) and The Maytals.
De entre
los diecisiete cortes, igualmente, destacan composiciones como Bennie
and the Jets, Harmony, This song has no title, Grey seal, Your sister
can't twist (but she can rock 'n roll) o All the girls love Alice,
donde interviene a los coros Kiki Dee, cantante británica que
acompañaba a Elton John en el famoso dueto Don't go breaking my
heart de 1976. Pero la canción que más trascendencia tuvo, aunque
no de inmediato, fue Candle in the wind. Su letra hablaba de Norma
Jean, más conocida como Marilyn Monroe, si bien lo que se pretendía
era hacer una reflexión sobre la fama y la prematura muerte de
algunas celebridades. Lanzada inicialmente como sencillo en el Reino
Unido en 1974, pasaría algo desapercibida. En 1988, después de ser
incluida en el disco Live in Australia with the Melbourne Symphony
Orquestra (Rocket, 1987), grabado un año antes en Sídney, su
repercusión aumentó, hasta que en 1997, Elton John pidió a Bernie
Taupin que la reescribiera para homenajear a la recientemente
fallecida princesa Diana de Gales y alcanzó unas cotas enormes de
popularidad y ventas.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 10 de julio de 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario