jueves, 15 de noviembre de 2018

‘El futuro ya está aquí’, de Jesús Ordovás


Como si de una especie de diario personal se tratase, el periodista y crítico musical Jesús Ordovás relata en El futuro ya está aquí (Huerga y Fierro editores, 2014) algunas de sus experiencias vitales y profesionales de finales de los 60 y, sobre todo, durante la década de los setenta. Las vivencias de un apasionado de la música, por aquel entonces estudiante de Ciencias Políticas, necesitado de unos estímulos culturales que su país no le ofrece y que está dispuesto a encontrar en otros lugares para narrarlos de primera mano.

Quería ser, según manifiesta en el libro, como el Jack Kerouac de On the road (novela publicada en 1957) pero a la europea. De esta forma, desgrana sus peripecias en los distintos viajes que realizará durante aquellos años. París, Ámsterdam, un breve paso por Estocolmo, Rotterdam o Londres son algunos de los destinos que visita durante los primeros setenta, donde aprovecha para adquirir discos, libros, revistas, asistir a conciertos y ver películas y documentales que, o bien no se habían estrenado en España o la censura impedía su visionado.

Así se iba forjando la labor periodística de Jesús Ordovás. Aparecen sus primeras colaboraciones en revistas como Disco expres y Triunfo, a las que envía crónicas de directos, reportajes y críticas de muchos álbumes que aún no llegaban por aquí. Esto le sirve para obtener unos ingresos que le permiten continuar viajando. Al mismo tiempo, va recibiendo encargos para escribir libros sobre Bob Dylan (1972) y Jimi Hendrix (1974), biografías publicadas por la Editorial Júcar que cosechan un notable éxito de ventas.

También se animó a cruzar el charco en 1974. Su recorrido por California fue una gran oportunidad para conocer a grupos que le interesaban, aunque poco quedaba ya del Verano del Amor que esperaba encontrar. No obstante, la estancia en ciudades como Los Ángeles o San Francisco le iban a inspirar para la gestación de otro de sus libros, El rock ácido de California (Ed. Júcar, 1975).

Pero para el aventurero no todo fue diversión y sumar conocimientos: en las páginas de El futuro ya está aquí, Ordovás recuerda situaciones desagradables como el apuñalamiento del que fue víctima en Valencia y que casi le cuesta la vida o la difícil subsistencia en el extranjero hospedándose en pensiones de mala muerte y trabajando precariamente como limpiador, embotellador en una planta de Coca-Cola, precintando cajas o descargando camiones. Este era el peaje que tenía que pagar para poder sobrevivir aunque su ingenio le salvaría en muchas ocasiones. Aprendió a trabajar el cuero, así que, cuando estuvo en la capital inglesa, además de vender muñequeras que había fabricado, consiguió un empleo en una boutique que se dedicaba a elaborar productos con este material.

Lo que se detalla hasta esas líneas, tal vez, correspondan a su faceta menos conocida; la del joven hippie que se desenvuelve en ambientes underground o el que después presenciaría las explosiones del glam rock y el punk británicos. Más reconocible será su trayectoria tras su regreso a España. Intensificó su contribución periodística, abarcando más espacios en revistas, hasta el punto de tener que utilizar seudónimos para diferenciar sus textos dentro de una misma publicación. Acudía a los lugares donde programaban conciertos y festivales, en busca de 'nuevas sensaciones' que, cada vez, eran más numerosas en el territorio nacional. Asimismo, en 1976 se incorporaba a la radio, a Onda Dos, donde pinchaba la música que le gustaba y había comprado en sus viajes, pero también las novedosas bandas que empezaban a despuntar.

Es desde entonces cuando se iniciaría la leyenda del descubridor, del amigo que apoya a los incipientes talentos y del profesional que da visibilidad a las propuestas de las formaciones de la nueva ola madrileña. El mismo que coincide con ellos en el rastro, emite sus maquetas, anuncia sus conciertos o entrevista a los primeros Burning, es jurado del Concurso Rock Villa de Madrid en el que ganan los Paracelso del Gran Wyoming y Kaka de Luxe son finalistas, o publica un amplio reportaje con las figuras más relevantes del panorama de la música en 1979. Sin embargo, nos deja con la miel en los labios, a sabiendas de que el período posterior al que trata el libro será mucho más intenso y trascendente.

Uno de los principales atractivos de El futuro ya está aquí es la reproducción de varios de los escritos de Ordovás aparecidos en revistas de aquellos años. Una misión arqueológica que recupera entrevistas con, por ejemplo, Phil Ochs, Robert Fripp y Brian Eno, Kiko Veneno o Carmen Santonja de Vainica Doble con motivo de la salida al mercado de Contracorriente (Movieplay, 1976). Además, se incluyen crónicas de actuaciones como las de Frank Zappa en Barcelona en 1974, Bruce Springsteen en Londres un año después o la de Bob Dylan en París en 1978, entre otras.

A la espera de que Jesús Ordovás decida que sus memorias de las décadas siguientes también deban ver la luz, hay que decir que El futuro ya está aquí supone un interesante documento de la historia del periodismo musical español, de la misma manera que funciona como un apasionante retrato sociológico de una época -tanto en España como lejos de sus fronteras- y en el que se ofrecen claves que permiten conocer, a grandes rasgos, cuál era la situación de la industria musical, la relación entre periodistas y el negocio discográfico, así como las carencias o las inquietudes que existían en la escena creativa del momento.

El futuro ya está aquí. Jesús Ordovás. Huerga y Fierro Editores – Colección: Los libros de Ouka Leele, 2014. 208 páginas. ISBN 978-84-942650-9-9.


Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 20 de marzo de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario