Florence
Ballard había conocido en
1958 a Paul Williams y Eddie Kendricks, dos miembros del grupo vocal
The Primes,
que más tarde formarían parte de The Temptations. Cuando el
cazatalentos y manager de aquella banda, Milton
Jenkins, la oyó cantar, le
animó a que buscara a algunas chicas para formar una especie de
versión femenina de The Primes. Ballard reclutó a algunas vecinas
suyas del barrio Brewster-Douglas de Detroit (Michigan) como Mary
Wilson, con la que había
coincidido en distintos festivales de talentos musicales en el
instituto, una amiga de ésta, Diana
Ross, y Betty
McGlown-Travis, pareja de
Williams y última en unirse para dar forma, en 1959, a The
Primettes.
La
nueva formación, por recomendación de Smokey Robinson, hizo una
prueba para Motown Records. Impresionaron al jefe, Berry
Gordy, pero a éste le
pareció que eran demasiado jóvenes –no superaban los 16 años-
para dedicarse al negocio discográfico y les sugirió que terminaran
antes sus estudios. Además, la compañía estaba inmersa en la
promoción de The Marvelettes y no necesitaban incorporar a su
catálogo otro grupo de chicas. No obstante, Robert West, dueño de
un pequeño sello local de la ciudad del motor, Lupine
Records, les ofreció la
oportunidad de debutar en 1960 con las canciones Tears of sorrow y Pretty
baby. No obtuvieron
demasiada repercusión y Betty McGlown-Travis abandonó, siendo
sustituida por otra amiga del vecindario, Barbara
Martin.
The Supremes, 1966 |
Pero
el cuarteto no dejó de frecuentar la sede de Motown en busca de una
nueva oportunidad. Finalmente convencieron a Gordy, que las contrató,
en un principio, para hacer coros y palmas de acompañamiento a las
estrellas de la factoría. Hasta que, en 1961, cambiado su nombre por
The Supremes,
publican sus primeros singles. Son buenos temas, aunque no terminan
de ingresar en las listas de ventas. Por su parte, en 1962, Barbara
Martin deja también el grupo y éste pasa a ser un trío.
Gran
parte de su éxito se basó en el trabajo de los compositores y
productores Brian Holland,
Lamont Dozier
y Edward Holland,
quienes les escribieron sus piezas más importantes a partir de 1964.
Existió el rumor de que Diana Ross tuvo una breve relación con
Brian y que, por eso, las mejores canciones se destinaban a ellas.
Cierto o no, The Supremes se estrenaron en lo más alto de las
clasificaciones de pop y R&B con Where
did our love go, tema
escrito por dicha sociedad, que había sido rechazado previamente por
The Marvelettes. Este supondría el primero de los 12 números 1
alcanzados en las listas estadounidenses en poco más de cuatro años,
entre los que se encuentran himnos como Baby
love, Stop!
In
the name of love
o You
can’t hurry love.
En
1967 siguieron visitando la cima de Billboard,
pero se iban a producir novedades relevantes para el futuro de sus
integrantes. Con el paso del tiempo, Berry
Gordy mostraba su
favoritismo por Diana Ross,
hasta el punto de renombrarlas posteriormente como Diana
Ross & The Supremes. Se
dijo que ambos mantenían un romance, pero siempre fue desmentido.
Durante los primeros años, no existía una vocalista principal fija,
se repartían los temas, aunque ligeramente a favor de Ross. Sin
embargo, las disputas internas por el liderazgo vocal fueron
recrudeciéndose y erosionando el ambiente en el seno de la
formación.
Florence
Ballard, molesta con esta
situación, entró en una fuerte depresión que le llevó a
refugiarse en la bebida para evadirse. Llegaron los problemas.
Ballard aparecía tarde y ebria a los ensayos y conciertos hasta
que, en uno de ellos, discutió con Gordy y se marchó. Comenzaba así
una errática carrera en solitario hasta que falleció, olvidada,
alcoholizada y empobrecida, de un infarto en 1976. Una de las
Bluebelles de Patti LaBelle, Cindy Birdsong, ocupó su puesto.
Mientras, Mary Wilson
también cargaba duramente contra Diana Ross en su autobiografía, Dreamgirl: my life as
a Supreme (St. Martin's Press, 1986), en la que
criticaba a la diva pop por su afán de protagonismo y su ambición
por destacar sobre las demás, calificándola de “despiadada” y
“destructiva”.
The Supremes. Hotel Frontier, Las Vegas. 1969 |
Holland,
Dozier y Holland, asimismo,
dejaron de prestar sus servicios en Motown por desavenencias
económicas con Gordy. Así que, a partir de 1968, aunque editaron
excelentes canciones de otros geniales compositores, ya nada volvió
a ser igual para The Supremes. Los hits llegaban con cuentagotas y
en 1969 alcanzarían su último nº1, Someday
we’ll be together.
Diana
Ross evidenciaba su
descontento por estos resultados y Gordy tenía en mente convertirla
en una superestrella al margen del grupo. De este modo, a finales de
1969 Ross se iniciaba como solista. The
Supremes continuarían, con
la entrada de Jean Terrell y con varias modificaciones más durante
los años siguientes –Lynda Lawrence, Scherrie Payne o Susaye
Greene-, hasta que, en las postrimerías de 1976, Mary Wilson decide
finiquitar la formación para aventurarse en solitario. Ya en 1977,
se produce la disolución definitiva de esta legendaria agrupación
vocal femenina, una de las más importantes de los Estados Unidos
durante los 60, referente del ‘sonido de la joven América’ y
recordada también por su cuidada puesta en escena, en la que
destacaban sus elegantes vestidos y peinados y sus sugerentes
coreografías.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 7 de abril de 2014.
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