David
Little Martín es un músico, vocalista y compositor malagueño que,
aunque lleva varios años ligado al mundillo de la música en
distintas facetas, es ahora cuando ha publicado su primer álbum,
Canciones para matar a la luna (Rock N' Magic, 2015). Un disco con nueve canciones de rock,
canalla, con un toque de chulería bien entendida y una pizca de
ironía que, además de los sonidos más característicos del género,
está muy influenciado por otros estilos como el blues, el pop, el
folk y unas pinceladas de ritmos étnicos. Mas, si la interpretación
en castellano nos remite fácilmente a Enrique Bunbury o Fito
Cabrales, las referencias son mucho más amplias, según palabras del
propio autor: Los Piratas, Extremoduro, Santana, Pink Floyd,
Triana...
“Creo
que es un disco bastante pasional, en el que las canciones están
escritas desde el corazón. Y tiene ese toque de desgarro... tanto en
los temas lentos y dulces como en los más desenfadados. Aunque no
hay canciones alegres. Todos tienen ese toque oscuro, de protesta y
reivindicación personal”.
Las letras, profundas e incisivas, y la voz desgarrada de David le
imprimen una marca distintiva. “Luego
está barnizado con esa forma de escribir, donde utilizo mucho la
metáfora, la simbología propia, donde doy pie a la libre
interpretación personal de cada uno. Me gusta pensar que las letras
también tienen un doble filo, una dualidad y confrontación interna.
Los sueños y la realidad, las ilusiones y el desengaño, el amor y
el despecho... A lo largo de todas las canciones del disco hay esa
confrontación”.
David
tiene ascendencia estadounidense -su padre nació en Nueva York pero
se crió en Málaga- y su familia materna es originaria de Ronda si
bien emigrarían pronto a Montpellier (Francia). “Supongo
que toda esta mezcla me ha influido bastante en mi personalidad
musical”. Desde muy
pequeño respiró un ambiente musical en el hogar, por no hablar de
la tradición de artistas que hay en su estirpe: escritores,
ilustradores, pintores, etc.
Con este
panorama, contando apenas ocho años, ya nos encontramos a David
aporreando un piano de juguete y, con doce o trece, escribiendo sus
primeras letras de canciones. Para,
en breve, encarar otra fase en la que llegan las primitivas
grabaciones y su estreno sobre los escenarios a los 17 o 18. "Claro
está, todo estaba fatalmente grabado. Pero, poco a poco, esas
primeras maquetas se convertían en algo más aceptable. Y ya tenían
su homogeneidad y su coherencia interna. Se parecen un poco a este
primer disco, que está concebido como un todo donde las canciones
tienen conexión, pero que al mismo tiempo es muy heterogéneo. De
forma paralela, también empecé a tocar con gente, como diversión.
En esa época aprendí mucho, me abrí a nuevos estilos”.
A
Little siempre le ha interesado todo lo relacionado con la
comunicación, el periodismo, el sonido o el cine. Así que decidió
estudiar Comunicación Audiovisual, carrera que compaginaba con la de
músico. "Después de
estudiar en la facultad formé mi primer grupo más o menos serio,
que se llamaba V de Vodka. Y muchos elementos de ese repertorio de
entonces están en este primer disco: la bipolaridad entre rock y
folk, entre canalla y música de raíz...".
Corría
2009 y sentía la necesidad de dar el salto a Madrid, después de dos
años tocando por su ciudad natal. En una primera etapa ejerció como
técnico de sonido en una compañía de teatro itinerante mientras
que, cuando se lo permitían sus obligaciones, tocaba en formato
acústico por algunos locales de la capital; una toma inicial de
contacto con las salas madrileñas que resultaría muy importante
para él. Al año siguiente, consiguió un trabajo en un gabinete de
prensa donde algunos de los clientes eran promotoras de conciertos y
de teatro. "Aprendí
mucho de la industria musical vista desde el otro lado. Sobre todo lo
equivocado que estaba como músico. A veces, los músicos no nos
damos cuenta de todo lo que hay detrás, de cómo funcionan las
cosas. Nos conformamos con las tres o cuatro verdades de turno
aprendidas. Pero no, las cosas son mucho más complicadas".
Tras
este periplo, en 2012, regresó a su tierra para concentrarse en la
preparación de Canciones para matar a la luna que, por unas
circunstancias u otras, vio la luz transcurridos tres años. Un LP
autoeditado, para el que David ha compuesto toda la música y las
letras, canta, toca la guitarra, el piano y, por si fuera poco,
ejerce de productor. "El
hecho de ser al mismo tiempo productor, compositor e intérprete
juega mucho en tu contra. A veces he echado en falta la figura de un
productor, una visión externa autorizada en la que confiar y que me
señalara el camino. Ha sido todo ensayo y error... Pero también un
aprendizaje enorme". Grabado
entre Málaga y Granada, fue mezclado por Sergio Cascales (productor
del cuarteto de Estepona, The Smokers)
en su estudio de Guadalajara (México) y cuenta con la participación
de algunos músicos de la escena costasoleña como el batería
Antonio Carlos Miñán (Síndrome
de Xauen), los bajistas Yohany Suárez (ha tocado con Javier Ojeda,
entre otros) y Fran Bujalance (The Wives), el guitarrista Miguel Bau
o los violinistas Sara Dubois y Darío José Pereiro, además de Josu
Erviti (Tximeleta, Txarrena) a las baquetas en Loco y ThaisMusic en
los coros.
"[Canciones
para matar a la luna] es una selección de entre muchas otras canciones que se quedaron
fuera... Por ejemplo, Sortilegio y Loco son
temas que provienen de una época anterior... aunque también los
tocaba con V de Vodka. Elevación y A un bala
perdida son los más nuevos del disco".
Uno de los cortes más emblemáticos es el que abre el álbum, El
hombre que mató a la luna. "Es
la canción más difícil de escuchar, la más rara. No obstante,
para mí es la mejor... y la que mejor sintetiza esa dualidad de la
que te hablaba, esa bipolaridad entre el rock y la música de raíz.
Entre lo anglosajón y lo exótico".
Algunos
de los motivos por los que David se ha visto obligado a emplear tres
años para terminar su ópera prima musical han sido los constantes
viajes por cuestiones laborales. En uno de ellos, en este caso no por
obligación, descubriremos una divertida anécdota que a más de un
melómano le va a provocar bastante envidia. En una visita a sus
familiares de Nashville (Tennessee), le sorprendieron llevándolo al
estudio y a la tienda del sello discográfico de Jack White -Third
Man Records-, donde éste tiene la famosa cabina de grabar vinilos
Voice-o-Graph de 1947 restaurada. Allí, como si del ilustre Neil
Young se tratara, Little introdujo unos dólares, empuñó la
guitarra y registró una versión primigenia de Debo de ser (un
hombre realizado), cuyo resultado podéis comprobar aquí.
Por
otra parte, Little también ha compuesto el tema principal del
cortometraje -aún sin estrenar- Lazo, de Sigfrido Gross, y la banda sonora de
Cretinos, seleccionado para el Festival de Cine de Gijón. "Me
interesa mucho la composición, tanto de bandas sonoras como de
repertorio para otros artistas. Es algo en lo que quiero profundizar".
Entretanto,
su pasión por la escritura la ha canalizado, entre otros proyectos,
en la publicación de un libro online, autogestionado, Marketing
musical: Música, industria y promoción en la era digital (2012) y
en otro que está de camino. "Cuando
trabajaba en comunicación para las promotoras, aproveché todas esas
vivencias y entrevisté a mucha gente que trabajaba en el sector
musical. Escribí un libro que se vendió muy bien para haberlo hecho
todo sólo. Tan bien, que actualmente estoy escribiendo un segundo
libro, sobre el mismo tema, que esta vez se publicará bajo el
paraguas de una editorial grande”.
David
continúa trabajando en distintos frentes. Sin embargo -hay
situaciones que no se entienden-, por el momento no tiene fechas
previstas de actuaciones. "Echo
de menos el directo, para qué nos vamos a engañar. Es la mejor
promoción que puedes tener. Por desgracia no ha sido posible hasta
ahora presentar el disco en Málaga, que es donde más gente me
conoce, porque a las salas allí no les interesa demasiado programar
música original..., a pesar de que en mi caso hay bastante gente a
la que le apetece escucharme, que hay público suficiente y músicos
de nivel dispuestos a colaborar conmigo en directo. Pero todo se
andará. En breve espero tener fechas programadas en Málaga o en
Madrid".
Le
deseamos toda la suerte con su carrera a David Little -que habrá que
seguir de cerca- y, si te apetece conocer más sobre él y su música,
escuchar su álbum o comprarlo en formato físico, en su página web
tienes toda la información necesaria.
Artículo publicado originalmente en la web de Papel de Periódico el 13 de noviembre de 2015.
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