lunes, 19 de octubre de 2020

Pablo Mazuecos: 'Hace falta una revolución de la música en directo'

El director de Clasijazz Almería nos recibe en la cafetería de este referente del género en nuestro país desde 1998 y que ha acogido en su escenario a enormes figuras de la historia del jazz como Brad Mehldau, Sheila Jordan, Benny Golson o Lee Konitz. Aprovechamos la distendida conversación con Mazuecos, aromatizada con café recién hecho, para conocer cómo han sobrellevado estos tiempos nuevos y salvajes y cuáles serán los caminos por los que discurrirá la sala sin que la incertidumbre actual afecte a su misión de predicar, educar y emocionar con la cultura. 

Aspecto de la sala de conciertos. Foto cedida por Pablo Mazuecos, Clasijazz.

¿Cómo has pasado estos últimos meses, Pablo?

Pues bien, aunque han sido difíciles. Principalmente, activando muchas iniciativas que por falta de tiempo nunca habíamos preparado, tanto en mi trabajo en el conservatorio, telemáticamente, como en Clasijazz.

¿Y cómo los ha vivido Clasijazz?

Con algunas dificultades, pero bien, resistiendo. Se tuvieron que parar todas las escuelas de música, se anularon las clases de baile swing, que son muy importantes para nosotros, ya que cuentan con 120 inscritos... Después se hizo la conversión online de los talleres...

Como consecuencia de la no presencialidad de los alumnos de la escuela, la cifra de nuestros socios bajó de 600 a 400. Igualmente, sufrimos la falta de ingresos por las consumiciones de la cafetería durante los conciertos. Sin embargo, la sostenibilidad económica del local ha sido posible, sobre todo, por la fidelidad absoluta de la mayoría de los socios, que han seguido contribuyendo a la causa.

¿Habéis recibido alguna ayuda o apoyo de la Administración?

Acabamos de recibir la primera ayuda, la de la Junta de Andalucía destinada a salas y espacios culturales por cancelación de la programación como consecuencia de la COVID-19, que nos ha venido muy bien para liquidar ciertas deudas. Pero poco más por ahora.  

No obstante, según hemos podido saber, durante el confinamiento también se han consolidado interesantes proyectos que tal vez hubiesen sido más difíciles de materializar con la carga de trabajo habitual que tenéis. Cuéntanos más detalles.

Efectivamente. Uno muy ilusionante ha sido la creación de la primera asociación de big bands de España, ABbE, con más de un centenar de formaciones participantes y sobre cuya actividad se puede conocer más en su página web.

Por otra parte, ya es una realidad Jazz Advanzed Clubs, una marca bajo la cual seis salas vamos a trabajar en objetivos afines como en la organización de giras, en compartir artistas nacionales e internacionales, facilitar entradas a los locales y programar otras actividades culturales. Se trata de Jimmy Glass Jazz en Valencia, Sunset Jazz Club en Girona, BJC Bilbaína Jazz Club en Bilbao, Jazzazza en Algezares, Murcia, Clarence Jazz Club en Torremolinos, Málaga y Clasijazz en Almería, cuya característica común es que están situados en la periferia, fuera de los circuitos habituales de grandes capitales como Madrid o Barcelona. A la espera de que se retome la actividad en estos lugares, actualmente estamos inmersos en la finalización de la página web. 

Asimismo, en esas fechas de encierro, habéis ofrecido un contenido online especial y de mucha calidad.

Así es. Este se basó en The Clasijazz Show, un espacio de conversaciones y entrevistas con grandes figuras como Marco Mezquida, Joan Chamorro, Andrea Motis o Enrique Oliver. Más de una decena de episodios que pueden seguir viéndose en el canal de YouTube. Otro puntal fundamental fue el especial de 24 horas que se realizó el 30 de abril con motivo del Día Internacional del Jazz, y que tuvo una gran aceptación. Y también se emitieron conciertos desde otros países que, en su momento, no tenían medidas tan restrictivas como las nuestras, como era el caso de Dinamarca.

El pasado 17 de septiembre, el mundo del espectáculo y los eventos se manifestaba, a través del movimiento #AlertaRoja, para dar visibilidad a la grave situación que atraviesa como consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus. ¿Qué medidas crees que podrían llevarse a cabo para revitalizar el sector?

La periodicidad. Que haya una continuidad real en el trabajo del músico, que exista un circuito de pequeños sitios, autogestionados, aunque cuenten también con ayuda pública, en los que puedan actuar durante todo el año. El sueldo no puede depender puntualmente de los festivales y las grandes citas, que están geniales, pero es que ahora se ha visto cómo se ha tambaleado la estabilidad de los artistas y de todo lo que rodea la actividad cultural.

Siempre os estáis reinventando, pero ahora os habéis visto obligados a hacerlo por los efectos de la pandemia. ¿Cómo habéis adaptado vuestra programación mensual?

Lo hemos adaptado absolutamente todo ya. Hay un público siempre online a través de Zoom. El aforo ha pasado a ser ilimitado. ¡Fíjate qué paradoja! Con las restricciones de aforo, ahora lo tenemos ilimitado. Aunque existe la restricción física, hay mucho interés por la marca Clasijazz fuera de aquí, en otras provincias y países.

¿Cuál ha sido la respuesta de los socios y espectadores eventuales al formato online?

Muy buena. Más de lo que esperábamos. Primero lo hicimos gratuito para los socios. Pero claro, el músico también dependía de la taquilla. Y dada la calidad de las grabaciones que estamos ofreciendo, con cuatro cámaras de alta definición y realización en directo, la gente está comprando entradas.

O sea, que hay movimiento y el artista puede beneficiarse también. Igualmente, existe bastante interacción: en el escenario hemos instalado una pantalla donde los espectadores pueden saludar a través de Zoom, se escuchan las palmas entre tema y tema… Para el músico no es una situación tan fría como grabar un concierto y emitirlo. Está viendo al público. Da muy buen rollo y los que lo han probado están muy contentos con el resultado.

Pablo Mazuecos en la entrada de Clasijazz. Foto: Gilberto Márquez.

¿Consideras que los conciertos de pago a través de la red seguirán siendo ofertados con asiduidad aun cuando todo esto pase?

Yo creo que sí, porque, al final, estamos creando más demanda de cultura. Y de todo hay, pero muchos artistas han visto que se trata de un complemento perfecto a su trabajo.

También hay que realizar una labor de educación como intentamos hacer aquí. Acostumbrar a la gente a los directos, por eso nuestra escuela de música está adherida al concierto. Tienes que hacerte socio para poder verlos. Existen millones de personas en España que estudian un instrumento pero hay que educarlos para que acudan a los conciertos. Entonces, lo que hace falta es una revolución de la música en directo. De formación ya la hay.

¿Con qué planes de futuro y novedades nos sorprenderá Clasijazz?

Estará centrado en la creación de una big band profesional, guiada por la interdisciplinariedad y se seguirán potenciando los contenidos presenciales y online.

Autogestionaremos una big band profesional, la primera en España, de enero a junio. Un proyecto que se asienta en la formación, la educación y la didáctica, que realizará una gira andaluza y ofrecerá conciertos para demostrar todo el abanico de posibilidades que puede brindar una formación como ésta a una ciudad.

Dispondremos de una estructura de programación casi continua 24 horas, basada en la creación de esta big band. En el local, de miércoles a sábado, las actividades continuarán con su calidad habitual, además de acoger a los artistas internacionales de referencia que siempre quieren actuar aquí.

Y, por supuesto, esa relación interdisciplinar que se efectuará en ciclos como Cienciajazz, en un nuevo programa como Edujazz, en el que participarán los mejores divulgadores del país en las más avanzadas técnicas de educación de diferentes disciplinas, el trabajo rítmico y emocional con niños con discapacidad intelectual, etc.

Otra novedad, en la que estará integrada la cafetería, es un ciclo de cocina en vivo para que las personas que hayan adquirido una entrada de un espectáculo puedan tener acceso, dos o tres horas antes del mismo, a la demostración de la elaboración de un plato determinado con el objetivo de que lo preparen en casa antes del evento.

En definitiva, son ideas que complementan la experiencia Clasijazz, donde estamos empeñados en poner en el mismo plano las artes y las ciencias. 

Big Band Clasijazz. Foto: Manuel Rubio.

Dicen que de los momentos de crisis surgen nuevas oportunidades. ¿Qué aprendizaje te llevas de estos meses tan complejos y que puedas aplicar en beneficio de Clasijazz más adelante?

Muchísimos. Uno, digamos, esencial, que es luchar más todavía contra los elementos y que la autosuficiencia te hace reinventarte más si cabe. Porque no tenemos ayuda. Por ejemplo, ¿cómo hemos podido, después de esa bajada de socios, llegar a mantenernos a flote? Eso es un aprendizaje, quieras o no. Es una oportunidad para seguir aprendiendo. Y con aforos reducidos. Si ya de por sí son músicas minoritarias, intentar ahora hacerlas mayoritarias conlleva un reto aún mayor.

Y después que, en tan pocos meses, hemos podido desarrollar un proceso digital de gran magnitud; nos hemos reinventado con poquísimos recursos. Hemos llegado a hacer un plató de televisión en Clasijazz, con todo lo que esto conlleva.

Más información sobre Clasijazz, sus escuelas formativas y su programación en su página web.


Artículo publicado originalmente en la web de la revista Más Jazz el 16 de octubre de 2020.

 

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