viernes, 30 de octubre de 2020
‘Jazz en español. Derivas hispanoamericanas’, de Julián Ruesga Bono (ed.)
jueves, 22 de octubre de 2020
Salvia, un vergel de cultura independiente
Los días 23 y 24 de octubre
están marcados en verde en el calendario de los aficionados a la música, el
cine y demás artes. En verde, como la vegetación del Jardín Botánico-Histórico La Concepción de Málaga, que ejercerá de impresionante recinto para las nuevas jornadas
de cultura sonora Salvia, un evento extraordinario que ahora brota en el
terreno agreste en el que se ha convertido este año atípico año para el sector
del espectáculo.
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Diseño cartel: Álvaro Fernández (@unbuentipo) Ilustraciones: Benjamin Fawcett, rawpixel, Shirley Hibberd. |
Detrás de la organización del apetitoso menú se encuentran los equipos de la sala Velvet Club y de Moments Festival / Staf Magazine, cuyos responsables, Juan Diego Altamirano y Juan José Moya, respectivamente, nos decían sobre la gestación de Salvia: “Llevábamos años queriendo hacer un proyecto juntos y, después de que Juanjo encontrara el concepto, el entorno y el nombre de las jornadas, le fuimos dando forma poco a poco. La idea es realizar una actividad cultural y musical de calidad y de una manera que nosotros creemos que es la más apropiada”. Todo un acontecimiento para 200 privilegiados, que agotó las entradas a las pocas horas de ser puestas a la venta a principios de septiembre y donde, ni que decir tiene, se cumplirán con todos los protocolos sanitarios establecidos por las autoridades para que todo se desarrolle con seguridad.
De esta manera, el programa
previsto se desarrollará en dos escenarios al aire libre que acogerán las
actuaciones de la mayor variedad de especies del panorama musical malagueño. Semillas
para la vida en forma de pop, rock, electrónica, flamenco, jazz,
etc.:
Ballena. De la factoría Subterfuge, una cooperativa de veteranos músicos de la escena que podrá darle recorrido a su último LP, publicado a principios de año.
Break the Senses. Power trío de Vélez-Málaga de potente sonido y con vocación internacional; su más reciente álbum se titula Future, love & chaos.
Bromo. Propuesta de música electrónica y arte digital de Paloma Peñarrubia (a.k.a. Las Flores No Lloran) y Azael Ferrer.
CaraduSanto. El músico, pintor y diseñador de joyas Juanjo García Martín es la persona detrás de este proyecto que “busca paisajes hipnóticos llenos de armonía y crea beats a través de ruidos de instrumentos analógicos”.
Duro Vino. Colectivo de arte, música y pensamiento crítico formado por el artista plástico y visual Miguel Retamero y la pianista y artista sonora Carmen Morales.
Lüüü. Proyecto electrónico y experimental de Juanlu Barlow, músico underground que también ha formado parte de la Static Band o Three Broken Tapes.
Jamie 4 President. Cuarteto de la escudería BCore formado por Jamie R. Green, Pablo González, Xavi Calvet y Borja Pérez, de actitud punk y un sonido que viaja entre el indie rock, el emo y el power pop.
Delia Membrives & José Naranjo. Cantaora y guitarrista flamencos.
Kermit. Cuarteto instrumental de post-rock y jazz-rock. Su último trabajo, de 2014, es un homenaje a la revista de poesía Litoral.
Luz Prado. Violinista, improvisadora y artista sonora.
Mauri. Funk, pop y rock desde Toledo de un trío con grandes vínculos malacitanos.
Noelia Naval & Danielle. Rendirán homenaje, en formato acústico, a las mejores voces femeninas del jazz, el soul y el blues.
Notes To Myself. Cuarteto de indie rock que, después de un largo parón, vuelve con fuerza. Sus últimas referencias son los EP’s Embers y Space cowboys.
Pepo Galán. Compositor, multiinstrumentista, productor y cofundador del sello de música experimental El Muelle Records.
Sorry Kini. Cuarteto de post-rock que prepara nuevas grabaciones tras varios años de trayectoria.
Trío Zwicky. Formación de jazz de guitarra, contrabajo y batería que mezcla elementos de la música contemporánea e improvisación libre.
Igualmente, se proyectarán cuatro
documentales, Drunk O Rama. Historias de un bar (Isabel Pajares, 2020), Salad
days: A decade of punk in Washington, DC 1980-89 (Scott Crawford, 2014), Don’t
break down: A film about Jawbreaker (Tim Irwin/Keith Schieron, 2017) y The
jazz loft according to W. Eugene Smith (Sara Fishko, 2015). Además, habrá
momentos para andarse por las ramas con las tertulias y los encuentros sobre los míticos 713avo Amor (“Entre la poesía y la
leyenda”), en el que dos de sus miembros rememorarán su historia y charlarán con
Miguel Navarro (Alone Records, Kromatik), entre otras cosas de, atención, planes
de futuro; las mujeres artistas de
Málaga, en el que las participantes del cartel analizarán su realidad dentro de
la industria musical; los bares y los directos en la ciudad, con intervención de
Daniel Romero del ‘Drunko’ y el propio Altamirano; y una conferencia a cargo del
periodista y sociólogo José Manuel Rojas bajo el título de “Flamenco: ni
caminos ni fronteras”.
Esperemos que Salvia eche
raíces e insufle aire fresco a la tan maltrecha escena cultural para que próximamente
germine otra edición y nos permita ver el bosque de la esperanza sin que, por
ello, dejemos de disfrutar contemplando los árboles.
lunes, 19 de octubre de 2020
Pablo Mazuecos: 'Hace falta una revolución de la música en directo'
El director de
Clasijazz Almería nos recibe en la cafetería de este referente del género en
nuestro país desde 1998 y que ha acogido en su escenario a enormes figuras de
la historia del jazz como Brad Mehldau, Sheila Jordan, Benny Golson o Lee
Konitz. Aprovechamos la distendida conversación con Mazuecos, aromatizada con
café recién hecho, para conocer cómo han sobrellevado estos tiempos nuevos y
salvajes y cuáles serán los caminos por los que discurrirá la sala sin que la
incertidumbre actual afecte a su misión de predicar, educar y emocionar con la
cultura.
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Aspecto de la sala de conciertos. Foto cedida por Pablo Mazuecos, Clasijazz. |
¿Cómo has pasado estos
últimos meses, Pablo?
Pues bien, aunque han
sido difíciles. Principalmente, activando muchas iniciativas que por falta de
tiempo nunca habíamos preparado, tanto en mi trabajo en el conservatorio,
telemáticamente, como en Clasijazz.
¿Y cómo los ha vivido Clasijazz?
Con algunas
dificultades, pero bien, resistiendo. Se tuvieron que parar todas las escuelas
de música, se anularon las clases de baile swing, que son muy importantes para
nosotros, ya que cuentan con 120 inscritos... Después se hizo la conversión
online de los talleres...
Como consecuencia de la
no presencialidad de los alumnos de la escuela, la cifra de nuestros socios
bajó de 600 a 400. Igualmente, sufrimos la falta de ingresos por las
consumiciones de la cafetería durante los conciertos. Sin embargo, la
sostenibilidad económica del local ha sido posible, sobre todo, por la
fidelidad absoluta de la mayoría de los socios, que han seguido contribuyendo a
la causa.
¿Habéis recibido alguna
ayuda o apoyo de la Administración?
Acabamos de recibir la
primera ayuda, la de la Junta de Andalucía destinada a salas y espacios
culturales por cancelación de la programación como consecuencia de la COVID-19,
que nos ha venido muy bien para liquidar ciertas deudas. Pero poco más por
ahora.
No obstante, según
hemos podido saber, durante el confinamiento también se han consolidado
interesantes proyectos que tal vez hubiesen sido más difíciles de materializar
con la carga de trabajo habitual que tenéis. Cuéntanos más detalles.
Efectivamente. Uno muy ilusionante ha sido la creación de la primera asociación de big bands de España, ABbE, con más de un centenar de formaciones participantes y sobre cuya actividad se puede conocer más en su página web.
Por otra parte, ya es una realidad Jazz Advanzed Clubs, una marca bajo la cual seis salas vamos a trabajar en objetivos afines como en la organización de giras, en compartir artistas nacionales e internacionales, facilitar entradas a los locales y programar otras actividades culturales. Se trata de Jimmy Glass Jazz en Valencia, Sunset Jazz Club en Girona, BJC Bilbaína Jazz Club en Bilbao, Jazzazza en Algezares, Murcia, Clarence Jazz Club en Torremolinos, Málaga y Clasijazz en Almería, cuya característica común es que están situados en la periferia, fuera de los circuitos habituales de grandes capitales como Madrid o Barcelona. A la espera de que se retome la actividad en estos lugares, actualmente estamos inmersos en la finalización de la página web.
Asimismo, en esas
fechas de encierro, habéis ofrecido un contenido online especial y de mucha calidad.
Así es. Este se basó en
The Clasijazz Show, un espacio de conversaciones y entrevistas con grandes figuras
como Marco Mezquida, Joan Chamorro, Andrea Motis o Enrique Oliver. Más de una
decena de episodios que pueden seguir viéndose en el canal de YouTube. Otro puntal
fundamental fue el especial de 24 horas que se realizó el 30 de abril con
motivo del Día Internacional del Jazz, y que tuvo una gran aceptación. Y también
se emitieron conciertos desde otros países que, en su momento, no tenían
medidas tan restrictivas como las nuestras, como era el caso de Dinamarca.
El pasado 17 de
septiembre, el mundo del espectáculo y los eventos se manifestaba, a través del
movimiento #AlertaRoja, para dar visibilidad a la grave situación que atraviesa
como consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus. ¿Qué medidas crees
que podrían llevarse a cabo para revitalizar el sector?
La periodicidad. Que
haya una continuidad real en el trabajo del músico, que exista un circuito de
pequeños sitios, autogestionados, aunque cuenten también con ayuda pública, en
los que puedan actuar durante todo el año. El sueldo no puede depender
puntualmente de los festivales y las grandes citas, que están geniales, pero es
que ahora se ha visto cómo se ha tambaleado la estabilidad de los artistas y de
todo lo que rodea la actividad cultural.
Siempre os estáis
reinventando, pero ahora os habéis visto obligados a hacerlo por los efectos de
la pandemia. ¿Cómo habéis adaptado vuestra programación mensual?
Lo hemos adaptado
absolutamente todo ya. Hay un público siempre online a través de Zoom. El aforo
ha pasado a ser ilimitado. ¡Fíjate qué paradoja! Con las restricciones de aforo,
ahora lo tenemos ilimitado. Aunque existe la restricción física, hay mucho
interés por la marca Clasijazz fuera de aquí, en otras provincias y países.
¿Cuál ha sido la
respuesta de los socios y espectadores eventuales al formato online?
Muy buena. Más de lo
que esperábamos. Primero lo hicimos gratuito para los socios. Pero claro, el
músico también dependía de la taquilla. Y dada la calidad de las grabaciones
que estamos ofreciendo, con cuatro cámaras de alta definición y realización en
directo, la gente está comprando entradas.
O sea, que hay
movimiento y el artista puede beneficiarse también. Igualmente, existe bastante
interacción: en el escenario hemos instalado una pantalla donde los
espectadores pueden saludar a través de Zoom, se escuchan las palmas entre tema
y tema… Para el músico no es una situación tan fría como grabar un concierto y
emitirlo. Está viendo al público. Da muy buen rollo y los que lo han probado están
muy contentos con el resultado.
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Pablo Mazuecos en la entrada de Clasijazz. Foto: Gilberto Márquez. |
¿Consideras que los
conciertos de pago a través de la red seguirán siendo ofertados con asiduidad
aun cuando todo esto pase?
Yo creo que sí, porque,
al final, estamos creando más demanda de cultura. Y de todo hay, pero muchos
artistas han visto que se trata de un complemento perfecto a su trabajo.
También hay que realizar
una labor de educación como intentamos hacer aquí. Acostumbrar a la gente a los
directos, por eso nuestra escuela de música está adherida al concierto. Tienes
que hacerte socio para poder verlos. Existen millones de personas en España que
estudian un instrumento pero hay que educarlos para que acudan a los
conciertos. Entonces, lo que hace falta es una revolución de la música en
directo. De formación ya la hay.
¿Con qué planes de
futuro y novedades nos sorprenderá Clasijazz?
Estará centrado en la
creación de una big band profesional, guiada por la interdisciplinariedad y se
seguirán potenciando los contenidos presenciales y online.
Autogestionaremos una
big band profesional, la primera en España, de enero a junio. Un proyecto que
se asienta en la formación, la educación y la didáctica, que realizará una gira
andaluza y ofrecerá conciertos para demostrar todo el abanico de posibilidades
que puede brindar una formación como ésta a una ciudad.
Dispondremos de una
estructura de programación casi continua 24 horas, basada en la creación de
esta big band. En el local, de miércoles a sábado, las actividades continuarán
con su calidad habitual, además de acoger a los artistas internacionales de
referencia que siempre quieren actuar aquí.
Y, por supuesto, esa
relación interdisciplinar que se efectuará en ciclos como Cienciajazz, en un
nuevo programa como Edujazz, en el que participarán los mejores divulgadores
del país en las más avanzadas técnicas de educación de diferentes disciplinas, el
trabajo rítmico y emocional con niños con discapacidad intelectual, etc.
Otra novedad, en la que
estará integrada la cafetería, es un ciclo de cocina en vivo para que las
personas que hayan adquirido una entrada de un espectáculo puedan tener acceso,
dos o tres horas antes del mismo, a la demostración de la elaboración de un
plato determinado con el objetivo de que lo preparen en casa antes del evento.
En definitiva, son ideas que complementan la experiencia Clasijazz, donde estamos empeñados en poner en el mismo plano las artes y las ciencias.
Big Band Clasijazz. Foto: Manuel Rubio. |
Dicen que de los
momentos de crisis surgen nuevas oportunidades. ¿Qué aprendizaje te llevas de
estos meses tan complejos y que puedas aplicar en beneficio de Clasijazz más
adelante?
Muchísimos. Uno,
digamos, esencial, que es luchar más todavía contra los elementos y que la
autosuficiencia te hace reinventarte más si cabe. Porque no tenemos ayuda. Por
ejemplo, ¿cómo hemos podido, después de esa bajada de socios, llegar a mantenernos
a flote? Eso es un aprendizaje, quieras o no. Es una oportunidad para seguir
aprendiendo. Y con aforos reducidos. Si ya de por sí son músicas minoritarias,
intentar ahora hacerlas mayoritarias conlleva un reto aún mayor.
Y después que, en tan pocos meses, hemos podido desarrollar un proceso digital de gran magnitud; nos hemos reinventado con poquísimos recursos. Hemos llegado a hacer un plató de televisión en Clasijazz, con todo lo que esto conlleva.
Más información sobre Clasijazz, sus escuelas formativas y su programación en su página web.
Artículo publicado originalmente en la web de la revista Más Jazz el 16 de octubre de 2020.
viernes, 16 de octubre de 2020
De batería de Genesis a escritor de ‘best sellers’ en La Alpujarra
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Chris Stewart en la Casa Gerald Brenan de Churriana (Málaga) en 2014. Foto: Gilberto Márquez. |
Lo hizo, concretamente, en un cortijo llamado El Valero, situado junto al río Guadalfeo, a varios kilómetros de la población a la que pertenece, Órgiva, en unos terrenos con altas probabilidades de inundación y, por tanto, de incomunicación. Ahora han cambiado muchas cosas, pero entonces, no disponían ni de agua corriente ni de electricidad. Stewart y su esposa se afanaron en acondicionar con sus propias manos y escasos medios aquel hogar, en el que, además, nacería su hija, Chloe. Trabajaron con ahínco la tierra y criaron animales para su venta. Unas actividades que les ayudaron a autoabastecerse en un elevado porcentaje y contribuyeron a la economía familiar durante mucho tiempo.