miércoles, 21 de julio de 2021

Lucía Martínez & The Fearless: en órbita

Como un cohete sale lanzado el trabajo homónimo de la percusionista viguesa Lucía Martínez con sus 'sin miedo', el combo de instrumentistas alemanes que le acompañan en este proyecto vanguardista, marcado por un espíritu viajero y con algunos sonidos poco habituales en la escena, como pueden ser los que emiten la trompa o los giradiscos y la mesa de mezclas. Editado por Karonte/Nuba Records y grabado en Berlín a finales de 2018 en los Bonello Tonstudio bajo dirección de Martin Ruch, cuenta con producción de la propia baterista, quien firma la composición y los arreglos de todos los temas menos el último, The end of the world, pieza de Sylvia Dee y Arthur Kent que Skeeter Davies popularizara en 1962 y que aquí defiende con soltura la vocalista de blues Kyra Garéy.


Por su parte, Oumuamua, el corte que sirve de despegue, transmite ya esa fuerza necesaria para el ascenso a los cielos. Dicho vocablo significa “explorador” en idioma hawaiano y hace referencia a ese objeto descubierto en 2017, algo desconocido, que deambula por el universo. Mientras, el scratching cortesía de Vincent Graf von Schlippenbach, a.k.a. DJ Ill Vibe, le confiere un ambiente espacial que transita veloz hasta la ruptura rítmica que provoca la entrada de la guitarra de Ronny Graupe, todo ello cabalgando sobre el repiqueteo de las baquetas. El desvanecimiento final, cual robot sin pilas, intensifica esa ilusión de experimentar la ingravidez.

Igualmente, en otras ocasiones, los ruiditos surgidos de los platos y el dulce soplido de Benjamin Weidekamp al clarinete bajo, dan la sensación de presenciar, por momentos, a unos verdes alienígenas bajar de su nave y observar cómo se acercan. Es lo que ocurre, por ejemplo, en Un rayo de luz conmovedor, con magistral ejecución de Martínez y con fragmentos de ritmos étnicos que van buscando los resquicios entre el magma sónico expuesto. Por otro lado, en Por qué brillan las estrellas, el camino se bifurca entre la expedición por el espacio y por las grandes obras de la historia del cinematógrafo. Porque tras la amplia introducción del contrabajo que toca Marcel Kröniker y el aroma a bolero, entre el que quiere emerger un tango, se nos invita a pasar la tarde en un banco del parque frente a un colorido carrusel art déco de los felices 20.


El cine, como decíamos, es otro de los grandes protagonistas de este elepé. Los guiños aparecen desde el arte gráfico de Mario Burbano. Así, en el interior de la funda, entre imágenes de la NASA, resalta la famosa frase pronunciada por Bruce Lee en su última entrevista televisiva: “Be water, my friend”. El actor estadounidense de origen chino también es homenajeado en la canción Water can flow or it can crash, en la que la melodía hace sentir esa fluidez acuosa que en cualquier momento puede romper. Igual sucede con otra figura del séptimo arte como Marlene Dietrich, a la que se le honra por partida doble: Ich habe noch einen koffer in Berlín -ideal para utilizar de música incidental- y Lo quisimos todo, con samplers de su voz y la reproducción del crepitar del paso de la aguja sobre los surcos del vinilo para emocionar en una atmósfera cálida y retro.

Asimismo, el tándem Sergio Leone/Ennio Morricone está bien representado en el penúltimo corte, una perfecta recreación de los paisajes del spaguetti western que te harán sentir el polvo en la cara al caminar, decidido, sobre la tierra y bajo un sol abrasador, para batirte en duelo con otro forajido, alcanzando el cenit al oír las notas de corneta de Morris Kliphuis. Aunque, en esta propuesta junto a The Fearless, además de las horas de películas, la memoria de Lucía Martínez tiene espacio para su Galicia natal -a la que rememora en la inquietante calma que desprende El otro mar y la nostálgica Por qué el mar se apresura a la orilla- y para algunos toques literarios como el shakesperiano apunte de E o resto é silencio o la dedicatoria a su amigo y escritor Agustín Fernández Paz en O único que queda é o amor.

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